Los partidos de futbol normalmente se llenan de vida pero los clásicos se juegan siempre por la pasión y el orgullo de derrotar y ver caído al odiado rival, esta tarde los aficionados de la 'Maquina' pasaron de la alegría al infierno en solamente en 45 minutos y de paso se abrió la herida de aquella final del 2013, ¿la cuestión? A los celestes se les escapó de las manos una ventaja de 3-0 y las Águilas tomaron el vuelo llevándose esta edición del Clásico Joven, dejando humillados y noqueados a toda la afición cementera.

El partido no empezó como lo dictamina el resultado, todo parecía iniciar como un partido normal, ya pasados los primeros diez minutos, América había tenido la primera jugada del partido por parte de William da Silva cuyo disparo terminó siendo atajado por el guardameta azul. Todo cambiara al minuto 17’ cuando en una jugada a balón parado de Cruz Azul, ‘Chaco’ Giménez mando un disparo al ángulo y clavó el primero de la tarde y de ahí en adelante se soltó el ataque cementero. Benítez buscaría obtener su gol iniciando una jugada individual llevándose a todos los jugadores azulcremas para que en un intento por evitar la caída de su arco, el balón quedara a los pies de Giménez y este no perdonaría el 2-0 de la tarde.

Minutos después en una nueva jugada de peligro, Rubens Sambueza derribaría en el área a Benítez quien estaba a punto de quedar mano a mano con Muñoz para que el árbitro marcara penal y fuera bien concretado por el ‘Gato’ Silva, la afición celeste vivía en estado de éxtasis ilusionada con una posible goleada contra el rival que les sacó el título de la bolsa en aquella final, además de aumentar la humillación americanista luego de lo vivido en Clásico Nacional con una inmejorable ventaja que pudo ser más luego de un remate de Enzo Roco que apenas se fue a lado del poste, pero nadie imaginaba la terrible pesadilla que se estaba a punto de vivir.

Iniciada la segunda mitad empezaba la pesadilla celeste, Aldo Leao cometería una entrada innecesaria a Javier Güémez viendo la tarjeta roja y dejando a su equipo con 10 hombres y con un gran tiempo de vida al América que empezaría a orquestar su regreso, tras esa jugada, el árbitro marcó tiro libre y en un desvío de Oribe Peralta, el cuadro emplumado se metía de nuevo al partido. El control era totalmente azulcrema. Tras un gran centro de Renato Ibarra, el nuevo refuerzo americanista, Silvio Romero clavaba el segundo de la tarde aumentando la fe en su afición y a un minuto de que acabara el tiempo reglamentario, Pablo Aguilar remataba con la cabeza para poner el 3 a 3 en el partido.

Cruz Azul no podía tocar más fondo, una vez señalados los tres minutos agregados al duelo empezaron a rondar los fantasmas de la ‘Maquina’ y como muestra de esto sucedió lo inimaginable. Silvio Romero selló la remontada histórica con lo que su equipo y principalmente su técnico Ignacio Ambriz volvían a la vida luego de unos fatídicos 45 minutos. El americanismo volvió a sentir sangre correr en sus venas tras esta orquesta y Cruz Azul de nuevo fue golpeado por su eterno mal; la falta de control del partido y la expulsión de Aldo Leao costó el orgullo de este Clásico que quedará marcado en la memoria del aficionado.