Los Mavericks no consiguen salir de este mal tiempo que los azota. Anoche, en el Spectrum Center, llegó a su novena derrota en sus últimas diez presentaciones, una racha adversa difícil de digerir. Además, en las últimas horas corren rumores que la lesión de Dirk Nowitzki, en su telón de Aquiles, llevará más de lo especulado. El alemán fue parte de cinco duelos esta temporada. La semana pasada, jugó ante Clippers y Cavaliers, pero nuevamente un malestar lo aleja del rectángulo de juego. También se le suma la lesión del puertorriqueño José Barea (tibia), que reaparecerá recién el próximo año.

En Carolina del Norte, Dallas estuvo detrás de los tobillos de Hornets durante todo el encuentro, pero fue virtud de los locales en no dejar escapar la ventaja. Con un cierre fascinante de Kemba Walker (18), dos triples y una impecable determinación para atacar el aro. Los del este siguen escalando en su conferencia y alcanzan su undécima victoria.

La mala noticia para los argentinos es que el ex Regatas y Peñarol, Nicolás Brussino, no fue de la partida.

Comienzos fallidos                                                       

Este registro de 3-15 asusta a los fans de Mavericks, pero a lo largo de su historia han tenido otros traspiés. En la década del noventa, muchos han catalogado a Dallas como la peor franquicia del deporte estadounidense. Lo interesante que luego de cada mal paso se rehízo con una gran elección de draft.   

En la campaña 93/94,  registraron un comienzo de veintitrés derrotas y apenas un festejo. Esa cifra se agravó a 2-27 y concluyó con un 11-71. Luego de ello, Jason Kidd era escogido por el elenco texano.

En la 97-98 tuvo un inicio de quince derrotas, temporada que llego a las 62 con tan solo veinte victorias. A mitad de ese año, se sumaría Dirk Nowitzki y Steve Nash.