Es de público conocimiento que un partido por Copa Libertadores es diferente a cualquier otro encuentro, así y todo el equipo de Gallardo se reencontró de a momentos con su juego avasallante, pero no tuvo la eficacia suficiente para ponerse en ventaja en las ocasiones que tuvo. Esa poca eficacia, la pagó con un error propio, que vino tras un saque de arco alto de Nahuel Guzmán, el 1 de Tigres, que cayó en la cabeza de Funes Mori que envió la pelota hacia atras, dejando mal parado a todos y dándole la posibilidad a Guerrón a que marcara el primer tanto del partido.

Previo al gol del ecuatoriano, que fue a los 40 minutos del primer tiempo, River tuvo el manejo de la pelota, aunque con muchas imprecisiones y a la vez abusó de pelotazos largos que no tuvieron efecto alguno. No aprovechó algunas pelotas paradas para utilizar el juego aéreo de sus defensores, aunque si las usó para elaborar jugadas preparadas que de no ser por el mal estado del campo de juego, podrían haber terminado de otra manera. 

Este juego ofensivo de River, hizo que se hiciera un equipo muy largo en el retroceso, y por lo tanto quedó mal parado en varios contraataques que tuvo el equipo mexicano. 

Ya en el segundo tiempo, el planteo del juego fue el mismo pero con más verticalidad por parte de los jugadores de River. Teo Gutiérrez fue uno de los que tomó la manija del equipo, y gracias al ingreso de Camilo Mayada, el equipo tuvo otra impronta a la hora de atacar. El uruguayo ingresó y le aportó una chance más por el lado derecho para que Pisculichi y Sánchez tengan otra opción por ese sector, y un juego más asociado entre ellos.

A diferencia del primer tiempo, River aprovechó los tiros de esquina y faltas cercas del área para intentar conseguir el empate por la vía aérea. Esto se consiguió recién al minuto 73, tras un córner que envió Pisculichi y que recayó en la cabeza de Balanta que levantó la pelota para que Sánchez impactara el balón con una tijera impresionante y poner justicia en el partido.

Los merecimientos siempre están de más, ya que si fuese por esto el partido lo debería haber ganado River por una gran amplitud, pero esto no sucedió. El final del partido se jugó en el campo de Tigres, en busca de los primeros 3 puntos en esta fase de grupos, esos que no se pudo conseguir y que tan cerca estuvieron en el disparo que Rodrigo Mora impactó en el poste derecho del arco de Guzmán.

De a poco Gallardo va reencontrándose con ese juego que tanto identificó a River desde su llegada al club. La eficacia no es la misma, pero con el pasar de los partidos se esperará que esto llegue, ya que en este tipo de competiciones es muy importante que esto suceda. Si se pulen esas falencias, por este camino habrá muchas más alegrias que tristezas, y sobre todo porque todo River quiere y anhela este deseo que es ganar la Copa Libertadores y seguir con racha ganadora que empezó el año pasado.