El único gol lo anotó Giovanni Simeone, de cabeza y a los 27 minutos del primer tiempo, luego de un milimétrico centro de Mauricio Cuero. El gran pase gol de Cuero fue al medio, donde apareció Gio con un cabezazo de pique al suelo que se metió junto al palo izquierdo del arquero. La principal culpa del gol en Quilmes estuvo en Walter Benítez, quien se vio confiado que la pelota no iba hacia el arco.
 
Claramente la figura gravitó en la delantera de Banfield, con Gio Simeone, dueño y amo de los ataques en el Taladro.

El equipo de Matías Almeyda demostró que tiene un muy buen equipo. La defensa sólida y con pocos errores; el mediocampo excelente, con gran manejo de pelota y mucho poder ofensivo por los laterales; y el ataque, que tiene grandes nombres y no paran de tener chances de llegar al arco rival. El problema, claramente, es la imprecisión a la hora de concretar las situaciones.

Por el lado de Quilmes, acorraló a Banfield durante toda la segunda mitad. El ingreso de Rubén Ramírez le dio mayor ataque al equipo cervecero y su presencia generó varias faltas cercanas del área de Banfield. La más clara, se la llevó el "Droopy" Gómez con un disparo en el travesaño de Enrique Bologna desde una pelota parada que mereció terminar en gol. Conjuntamente, al concluir el partido, la gente de Quilmes se fue con insultos hacia su DT, Julio Cesar Falcioni.

La victoria le dio al cojunto banfileño tres puntos que sirven para escalar posiciones, pero además, sirvieron para demostrar el soporte que tiene el plantel con su entrenador, quien se mostró más que conforme con la labor del equipo en este partido.