Gimnasia de La Plata cayó ante Boca Juniors por 3-0, en un partido donde quedó sin chances de remontar antes del entretiempo, por los nervios y la temperatura que fueron levantando sus jugadores a partir del primer gol.

Teniendo que enfrentar a un equipo tan ofensivo, que contaba con la presencia de Fernando Zuqui, Carlos Tévez, Cristian Pavón y Darío Benedetto como armas principales, Gustavo Alfaro optó por un esquema más conservador, con dos puntas fijos, dos carrileros ofensivos y un doble cinco bien de recuperación. La intención principal: seguir en la misma senda, la de los pocos goles en contra (tenía cuatro en todo el torneo) y aprovechar las oportunidades que encontrara para dar el batacazo.

Aunque al principio parecía funcionar el plan del entrenador tripero, con Maximiliano Coronel y Sebastián Gorga muy firmes, Sebastián Romero y Luciano Perdomo controlando bien a los centrales xeneizes y con Ramiro Carrera complicando por la banda derecha, la historia se torció rotundamente a los 31 minutos. 

En el mismo momento en que Boca llegaba al primer gol del partido, Carrera veía la tarjeta roja por un insulto directo al árbitro Jorge Baliño, por una supuesta mano de Tévez que el referí no cobró. Ese hombre menos y el tanto visitante sacudieron al Lobo, que se veía nervioso, seguía acumulando amonestados y, para colmo de males, recibía el segundo gol de Pipa Benedetto a los 36. 

Además de un buen juego con el control de la pelota por parte del Xeneize, a Gimnasia lo complicaron los nervios y las revoluciones en alza, que no lo dejaban concentrarse y reacomodarse. Alfaro intentó hacer que su equipo incline el juego al sector izquierdo, donde Daniel Imperiale debía cumplir la función ofensiva que era de Carrera. Pero los de azul y amarillo notaron las falencias por derecha que no se resolvieron tras la expulsión y por ese lado llegó el tercero de Boca, con un remate lejano de Pavón. 

A partir de ahí, el ex DT de Arsenal de Sarandí ordenó a los suyos tener la pelota y no arriesgar demasiado, esperando el entre tiempo para reacomodar a su equipo, pero sin resultados por el nerviosismo local que hacía que perdieron al posesión rápidamente.

Una vez vueltos del descanso, los jugadores del Lobo se veían mucho más tranquilos, ya sin la desesperación de los últimos minutos de la primera parte, e intentando hacer uso del control de la pelota. Y funcionó esta nueva actitud de los de Alfaro, aunque aún así Boca contaba con más manejo y oportunidades de gol producto del hombre de más.

Recién un cuarto de hora de empezado el segundo tiempo, ingresaron Pablo Vegetti y Lucas Lobos para, el primero, darle apoyo a Franco Niell en el ataque, mientras con el segundo se buscaba tener la pelota y generar más presencia en ataque, ya que, hasta el momento, todo eran jugadas aisaladas que no llegaban a más que centros inconexos. 

Aún así, Gimnasia no encontró la recuperación, pero sí logró el cometido del técnico: de una conexión de Lobos y Vegetti llegó la primera ocasión clara del Triperocon un remate fallido de Niell

A pesar de que la goleada seguía en pie, Alfaro no bajó los brazos y, 15 minutos después, envió a la cancha a Darío Bottinelli, que, en la primera que tocó, sacó un muy buen remate que se fue apenas por sobre el travesaño.

A pesar de los constantes intentos de los platenses, Boca no sufrió más el partido y finalizó con su primera victoria como visitante desde principios de año. Gimnasia no jugó bien, pero tampoco fue un desastre, sino que la expulsión al inicio del partido y la forma en que se dio el gol lo descolocó y nunca pudo recuperarse. 

Alfaro había planteado el partido para no sufrir demasiado y no recibir goles. Sin embargo, las cosas no se dieron: le hicieron tres, uno menos que en todo el resto del campeonato.

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