Si las individualidades no aparecen, River no vence

Análisis del River de Gallardo, tras la derrota 3-0 ante Lanús por la Supercopa Argentina.

Si las individualidades no aparecen, River no vence
El equipo que comenzó en La Plata. Foto: Prensa Oficial.
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Por Thiago Carrero

Muchos habrán pensado que después del partido, estaríamos celebrando la séptima copa de la era Gallardo, confiados para lo que viene. Pero el final fue otro: River jugó la peor final con el Muñeco como DT,  ya que en esta no hubo juego y hubo sólo dos jugadas que pudieron haber terminado en gol.

Maquillado por los títulos, los resultados o los partidos donde las individualidades están en su mejor momento; en el plantel no hay jerarquía, ese jugador que marqué la diferencia, ese recambio que te puede salvar el partido. Hoy River es Maidana, Nacho y la dupla Alario-Driussi y nada más. Hoy River brilla por individualidades, no por el trabajo en equipo.

La crisis de la AFA le dará tiempo al DT para poder armar un grupo fuerte, con Lollo y Larrondo casi como para jugar y en el mejor de los casos con dos buenos refuerzos. El reloj, esta vez, juega a favor.

Mayada puede jugar un partido de 8, pero no lo es. Pity Martinez tiene más malas que buenas. Ponzio es más garra que equipo. Moreira sigue en bajo nivel. Pero ante la falta de otros en su puesto, parecen ser la mejor opción.

Es necesario aprovechar este mercado de pases y el tiempo extra que da la AFA. Como dice Marcelo, traer calidad y no traer por traer. Pero esta vez, sin quedarse con lo que tenga si no viene Rigoni u otro jugador que desee. Porque refuerzos faltan, así como variantes en el equipo.

En River hace falta un distinto. El creador de juego en ataque. El D'Alessandro 2017. Para que a los delanteros les llegue la pelota. En River hace falta eso y un jugador más (puede ser un lateral derecho u otro volante). A River le hace falta equipo, donde tiren todos para el mismo lado, que funcione conjuntamente y no en función de ciertos jugadores.

River no pudo ganar, quizás por la ausencia de Alario, por la mala noche de Driussi, por la falta de sus jugadores importantes. Pero ante estos sucesos debe estar presente de todas maneras el equipo. Pero hay la realidad es otra: si las individualidades no aparecen, River no vence.