En el comienzo de una nueva modalidad de torneo en el fútbol argentino, Boca Juniors no tuvo que transpirar de más para obtener un triunfo ante un débil Olimpo, que casi ni llego a la valla defendida por Agustín Rossi. En las pocas cosas que falló el conjunto de La Ribera fue en la eficacia de cara al arco. Hizo tres goles, es cierto, pero podría haber hecho varios más si hubiera aprovechado todas sus ocasiones claras de marcar.

La clave de la victoria Xeneize estuvo en el mediocampo. El triángulo compuesto por Fernando GagoPablo Pérez Wilmar Barrios fue determinante. La visión y la claridad en los pases del 5 y 8 de Boca permitieron que el equipo local pueda tener un juego fluido. También, la defensa y los quites del colombiano posibilitaron que los otros dos centrocampistas puedan subir con más libertad.

Darío Benedetto volvió a ser clave. Anotó dos de los tres goles del partido y continúa en la senda del gol como en la recta final del campeonato anterior. El Pipa sigue demostrando que es un gran jugador, goleador y un pilar fundamental del equipo. Las participaciones de Cristian Pavón y Edwin Cardona también fueron importantes para crear situaciones de ataque y en el juego del equipo local.

En cuanto a la defensa, hay poco que decir en lo que respecta al partido. El equipo bahiense atacó tan poco que los defensores y el arquero de Boca Juniors tuvieron muy poca participación en el encuentro.