Boca Juniors comenzaba el año puntero con tan solo 30 puntos, a tan solo 3 unidades de su perseguidor San Lorenzo; después de la venta millonaria de Carlos Tevez, el Xeneize necesitaba mantener el orden y equilibrio de lo que venía jugando en el campeonato. El DT Guillermo Barros Schelotto sabía que no era fácil seguir jugando de la misma manera que lo venían haciendo cuando estaba el Apache y tenía que buscar un funcionamiento correcto para que el equipo siguiera puntero y alcanzara el objetivo. 

El mellizo en los dos primeros encuentros del año no encontraba un esquema que le diera una buena articulación a su equipo, llegando a jugar con dos tácticas diferentes (4-4-2; 4-3-3) en donde el elenco de La Ribera estaba encontrando un eje nuevo de como jugar y mantener el ritmo del campeonato. También jugaron de distinta manera porque aún había errores que corregir y como siempre se vio primero la falencia de la defensa por lo que los jugadores iban rotando desde el campo de juego hasta el banco de suplentes para ver quienes podían estar más firme en la parte de atrás de la alineación y dar más seguridad al equipo. 

Otra parte de la alineación que estuvo a prueba hasta encontrar su eje fue la zona ofensiva, donde los delanteros de Boca no quedaban fijos, hasta ir pasando los partidos y encontrar un buen funcionamiento con Darío Benedetto como máxima figura y Cristian Pavón como la gran segunda figura. Los mediocampistas siempre mantuvieron buenas actuaciones, sin quitar que en algunos encuentros se vio algunos errores como una desconexión donde no se entendían y no coordinaban las jugadas que el entrenador les pedía. 

Pese a todos los inconvenientes que tuvo el conjunto azul-amarelo a principio de año, fue mejorando y encontrando un buen funcionamiento en una alineación de 4-3-3 donde se hizo fuerte el equipo para mantener su liderazgo en el torneo. También hay que destacar que Guillermo cambiaba la formación cuando veía falencias en alguna parte del juego que tenía el equipo y en otras no porque era muy optimista al decir: "Estoy tranquilo por el funcionamiento del equipo", cuando para ojos de otros o en un análisis no se podía ver jugando bien a Boca como lo fue en el final del campeonato pasado, pese a que luchó para consagrarse nuevamente campeón aparecieron lo mismos errores que al principio. 

Después de la primera mitad de año con un Xeneize campeón y de haber encontrado una articulación muy buena, donde terminó jugando como el DT lo planteaba, por lo que se decidió que debía seguir jugando de la misma manera pero tenían que tener una mejora en la parte defensiva del equipo; por lo que buscaron refuerzos y llegó Paolo Goltz para afianzar el área. En otros lugares de la formación también se necesitaban nuevas caras para mejorar el equipo y empezar de la mejor manera la Superliga, ellos fueron: Nahitan Nández y Edwin Cardona.  

Boca si pudo comenzar en la segunda mitad del año de la mejor manera, en un nuevo torneo local, porque ha logrado jugar con un buen funcionamiento colectivo donde desde lo defensivo hasta los delanteros juegan con buena coordinación, pases precisos, pensando en cada jugada y donde notablemente los jugadores estelares como Gago, Benedetto y hasta Pablo Perez se alzaran con el liderazgo en cierto momento para que el funcionamiento que pedían los mellizos se llevara a la perfección. De esta manera, Boca Juniors quien ha demostrado ser el campeón había empezado con 8 victorias consecutivas en este torneo actual. 

El rival que cortó dicha racha fue Racing, quien le jugó con un gran nivel y de mejor manera, haciendo ver nuevamente los errores defensivos y el desorden del equipo que no se vieron por varios meses. Lo mismo se vio en el siguiente encuentro, contra Central, más la ineficacia que presentaron los delanteros. Aun así, el DT volvió a encontrar un orden en el equipo en los siguientes compromisos, pero jugando un nivel bajo, teniendo en cuenta el golpe anímico como equipo que les generó las lesiones de Gago y Benedetto además de los errores futbolísticos. 

De esta forma podemos ver que en este 2017 el equipo Xeneize tiene buen despliegue en el campo de juego si los jugadores hacen al pie de la letra lo que su entrenador le dice, también se puede observar que va teniendo las mismas dificultades al pasar los meses y que cuando les falta los jugadores pilares se siente al punto que el DT tiene que cambiar de formación. Solo resta ver si Boca seguirá con el mismo funcionamiento o mejorará para el 2018 para poder seguir con el liderazgo a nivel local y cumplir el objetivo a nivel internacional.