Giovani Lo Celso llegó a París en invierno de 2016 tras ser comprado por 15 millones de euros. Fue cedido hasta el final de ese año a su club de origen que era Rosario Central. En enero de 2017 empezó a entrenar a las órdenes de Unai Emery (ex director técnico del París Saint-Germain).
El volante creativo argentino, que en aquel entonces tenía veinte años, era una de las mayores perlas del fútbol sudamericano, deslumbrando en Rosario Central en la Copa Libertadores 2016, en la que el equipo rosarino llegó hasta cuartos de final de dicha competición.
Las lesiones de Thiago Motta han llevado a Emery a reconvertir al joven argentino en un cinco de marca (que salga jugando desde el fondo), y ahí es donde ha dado su mejor rendimiento hasta tal punto de convertirse en imprescindible para el PSG. Su gran debilidad, la falta de gol, quedó atrás también con una gran obra maestra frente al Lille.
Estas actuaciones brillantes que tuvo el joven rosarino en el París Saint-Germain, le fueron suficientes para que el técnico de la Selección Argentina, Jorge Sampaoli, lo convoque para dos giras que tuvo el seleccionado argentino (Rusia y Nigeria) y (Italia y España); contra los rusos disputó 59 minutos, frente a los africanos 58 minutos, frente a la selección italiana jugó 76 minutos y contra los campeones del mundo en Sudáfrica 2010, estuvo presente en cancha 84 minutos.
Con el gran rendimiento que tuvo en la temporada con el equipo Parisino y los buenos rendimientos llevaron al rosarino a estar en la lista definitiva de Argentina para la Copa del Mundo en Rusia. Ahora, el Monito utilizará la camiseta número veinte.