Un partido que inicio parejo con acciones en las dos porterías, México agresivo tomando la iniciativa en los primeros minutos haciendo sentir incómodo al equipo brasileño, pero sin poderlo reflejar en el marcador, cosa que ante rivales de alta jerarquía no se debe hacer y la contundencia para el equipo de Juan Carlos Osorio no se hizo presente.

La primera mitad terminaría empatada en cero, lo que mantenía el partido en la delgada linea donde ambos podían en la segunda mitad ponerse al frente y enfilarse a la fase de cuartos de final. México en el fondo se vio en repetidas ocasiones en apuros, siendo Guillermo Ochoa el mejor jugador del equipo azteca con numerosas atajadas.

Los cambios empezarían a llegar y con ello la participación de Firmino para Brasil, y por el lado de México, Javier Hernández sería reemplazado por Raúl Jiménez, ambos cambios con la actitud de dar frescura al frente y brindar variantes que pudieran dar posibilidades a las respectivas selecciones.

El sueño de México empezaría a terminar cuando al minuto 51 Neymar adelantaba a la selección brasileña, poniendo un panorama gris por delante para el "Tri" que siguió luchando. Su reacción fue grata después de verse abajo en el marcador y estando cerca de empatar pero solo en eso, el marcador seguía inclinado hacia los dirigidos por "Tite"  que supieron manejar el partido y las emociones.

Finalmente, al minuto 88 llegaría a liquidar el partido Roberto Firmino que solo tuvo que empujar el balón hacia la red, ya con un México volcado al frente. El esfuerzo mexicano se aplaude pero para vencer a Brasil se debe jugar perfecto.

Brasil sigue soñando en conquistar la Copa del Mundo, por otro lado México en lo que parece un deja vu de cada cuatro años, se quedó por séptima ocasión consecutiva en octavos, la utopía del quinto partido y la barrera mental y futbolística le ha pegado de nueva cuenta al 'Tri'.