No pudo ser para Inglaterra. Es cierto que la especialidad de esta selección inglesa, la pelota parada, logró lastimar a Croacia la mayoría de las ocasiones, pero no fue suficiente. El equipo capitaneado por Luka Modrić salió victorioso de su tercer partido consecutivo que llegó a tiempo suplementario.

El partido no podría haber empezado de mejor manera para el conjunto inglés. No iban cinco minutos de juego, cuando Modrić le cometió una falta muy cerca del área croata a Dele Alli. Kieran Trippier se hizo cargo del tiro libre. Y la ejecución fue excelente, por encima de la barrera al palo izquierdo del arquero, que vio venir la pelota demasiado tarde. Jamás tuvo chances de llegar a atajar el disparo. Cinco minutos, e Inglaterra abría el marcador en Moscú, 1-0.

Parecía que se bajaba el telón de las añoranzas croatas. Lógicamente, los dirigidos por Gareth Southgate se refugiaron atrás, con su capitán Harry Kane como única referencia ofensiva, siempre pivoteando para habilitar al pequeño Raheem Sterling. En los primeros minutos posteriores al gol, el delantero de Manchester City estuvo incontrolable. Vencía constantemente en velocidad a los defensores croatas.

Pero Croacia no se dejó liquidar. A pesar de encontrarse abajo en el marcador desde tan temprano en el partido, inmediatamente fue a buscar el empate, con Ivan Perišić comandando los ataques. La tensión cortaba el aire, y fue una sensación que se mantuvo a lo largo de todo el partido. A pesar de estar 1-0, Inglaterra no podía desconcentrarse en defensa. Tal es así, a los 19’ y a los 23’, Perišić tuvo sendos remates al arco inglés que se fueron desviados. Avisaba Croacia, y obligaba a Ios inventores del fútbol a no dormirse en los laureles.

Sin embargo, Inglaterra demostró que no es un equipo que se valga sólo de la pelota parada para dañar a su rival. Mediaba el primer tiempo cuando Kane tuvo una clarísima ocasión de cara al arquero croata Danijel Subašić, que fue bien atajado por éste. Mas el peligro no pasó, pues el 9 del Tottenham capturó el rebote y definió nuevamente, esta vez pegándole al palo.

Por muy poco se salvó Croacia. Se iba el primer tiempo, que no encontraba cómodo a quien de momento ganaba el partido.

La segunda parte vio a un equipo croata mucho más activo con la pelota, siempre con el argumento de la posesión con criterio del balón. Modrić y Rakitić ya no se encontraban asfixiados por la pareja de volantes ingleses, Jesse Lingard y Dele Alli. De esta manera, los motores de fútbol de Croacia comenzaron a encontrar más libertades a la hora de dar pases filtrados o incursionar en campo contrario. La paciencia comenzó a reinar a los dirigidos por Zlatko Dalić, que parecían intuir que el empate estaba al caer, y así fue.

Llegó el minuto 68, y un centro cruzado del lateral croata Šime Vrsaljko llegaba cerca del área chica inglesa. Parecía rechazo fácil para el defensor Kyle Walker, pero no fue así. Cuando Walker ya se inclinaba para desarmar la bomba, Perišić interceptó la pelota a último momento, sorprendiendo tanto al central como al arquero Jordan Pickford, marcando así el empate.

Inglaterra nunca volvió al partido, jamás pudo establecer superioridades de ningún tipo después del empate croata. Por su parte, para Croacia el gol fue una inyección moral y de adrenalina, que ya ponía a los ingleses contra su arco. A pesar de ello, ambos equipos no lograron sacarse ventajas en los 90’ reglamentarios, por lo que había que jugar suplementario.

No hubo novedades. Croacia acrecentó su dominio del balón, ante una Inglaterra que miraba pasivamente la pelota moverse frente a sus jugadores, que carecieron de la rebeldía necesaria en momentos críticos. 109’ de juego corrían, cuando en un centro que parecía ya fuera de peligro, que Perišić volvió a meter en el área. Una desatención obscena de los defensores ingleses le permitió a Mandžukić meterse entre los centrales, y de un zurdazo, marcar el 2-1.

Inglaterra pareció resignarse. No hubo milagro, o por lo menos, no del lado inglés. Sí fue para Croacia. Con mucha actitud, pero con muchísimos más argumentos futbolísticos, venció a Inglaterra y se metió por primera vez en una final de Mundial. Sólo queda Francia, el último objetivo, el domingo 15 en Moscú.