Javier Pinola jugó entre 2005 y 2015 en el Núremberg alemán donde no sólo se consolido futbolísticamente, sino también lo hizo en el corazón de sus hinchas que juntaron plata cuando a uno de sus ídolos de la historia reciente del club (una tribuna del estadio lleva su nombre) los directivos decidieron no renovarle el contrato: "Todavía no caigo con esas cosas, que un argentino sea tan adoptado por los alemanes es atípico. Me dieron mucho y traté de dar lo mejor de mí. Lo deportivo pasa, pero que te valoren como persona es lo que uno más quiere" afirmó el segundo jugador con más partidos en la historia del club, con 286 presencias.

En diálogo con el suplemento Enganche, Pinola habló sobre su experiencia en Alemania donde vivió gran parte de su vida (tiene 34 años) y considera su segunda casa: "Hay que cortar con el preconcepto de los alemanes: no son fríos, el problema somos nosotros. Si vas con ganas de aprender, de adaptarte, de aprender el idioma y dispuesto a aceptar la idiosincrasia de ellos, entonces ahí te dan todo. Y ahí te acostumbrás mucho, porque a lo bueno te amoldás rápido [...] Además hicimos muchos amigos y gente con la que seguimos en contacto. Siento como si nunca me hubiese ido, ahí encontré mi lugar en el mundo y me tira mucho".

"Yo sé que son unos pocos y que los que se comportaron mal saben qué hicieron mal, porque en este mundo vos pensás que es muy grande pero nos conocemos todos" reflexiona sobre la tensión en Rosario cuando se gestionaba su llegada a River.

Volvió a Argentina, donde ya lleva 4 años entre Rosario Central y River, pero el defensor no se acostumbra (ni dice que lo hará) al nivel de exitismo en la que está sometido el fútbol en la Argentina: "Es una falta de respeto, pero a ver, el ir a insultar por insultar te hace decir ‘loco estás viniendo a ver un partido de fútbol’. Todo gira en torno al fútbol y ahí radica la enfermedad que tenemos. El fútbol es muy lindo, pero no todo gira a su alrededor. Y a mí que no me hablen de acostumbrarme, porque no lo acepto, lo vivo, pero trato de abstraerme porque la verdad que con 35 años estoy viviendo algo lindo y quiero disfrutarlo, lo que menos quiero es hacerme mala sangre con esto. Ya tenemos bastantes cosas personales para renegar para preocuparme por el fútbol", sentenció.

Ahora, el central es una pieza inamovible en la zaga central junto con Maidana y analiza lo que significó llegar al Millonario: "El otro día un amigo que fue a River me mandó un audio recordándome cuando íbamos a pedir autógrafos, cuando pasábamos por Lugones y nos poníamos a cantar canciones, y me preguntaba si era consciente de donde estaba jugando. Y le dije que hoy no me doy cuenta de eso. Supongo que todo eso se valora cuando ya no jugás más. Ni yo me imaginaba que iba a llegar a River con 34 años".

Finalmente, piensa un Pinola en un futuro relacionado a lo que más le gusta, sea aquí o en Alemania: "Me encantaría seguir ligado al fútbol, como entrenador, como secretario deportivo o una persona de consulta. Es mi ámbito, sobre todo el de la cancha y la pelota, más que el de las negociaciones. No sé en que lugar estaré dentro de algunos años; por las dudas estoy en contacto con gente de Alemania en cuanto a como trabajan, porque creo que allá están más adelantados", concluyó.