Después de meses sin ganar en condición de local, Temperley ratificó su buen andar y cristalizó la mejora que viene mostrando desde que Walter Perazzo se puso el buzo de DT. Es que obtuvo una resonante victoria ante uno de los mejores equipos del torneo.

En la previa, las ilusiones se depositaban en que el “Cele” pudiera continuar con la racha de partidos sin caídas, que inició con la victoria 2 a 1 en San Juan, frente a San Martín. El último encuentro donde Temperley jugó de local tuvo como resultado un empate: estamos hablando del injusto 0 a 0 versus Agropecuario, donde Lautaro Rinaldi estrelló un penal en el travesaño.

Indudablemente, el “Gasolero” quiso ser protagonista desde el primer minuto. En base a la posesión del balón, los jugadores celestes tuvieron el control hegemónico del primer tiempo, donde el “Gallito” intentó contrarrestar ese dominio con sus individualidades. Pero Temperley seguía siendo superior.

El dominio persistió hasta que, finalmente, en el minuto 25 del primer tiempo, después de un buen desborde por la izquierda, Mauro González bajó la pelota de pecho dentro del área, sirviéndole en bandeja a Emanuel Ibáñez el primer tanto del partido, quien definió con un contundente remate al palo izquierdo del arquero Julio Salvá.

Después del primer gol, Temperley logró mantener la supremacía ante un deslucido Deportivo Morón, teniendo oportunidades para ampliar la diferencia. El público celeste se mostraba más que satisfecho por el rendimiento del equipo y lo hizo saber mediante los aplausos efectuados al finalizar la primera parte.

Una vez iniciado el segundo tiempo, el entrenador de la visita, Arnaldo Sialle, decidió colocar en la cancha al histórico goleador Damián Akerman, quien fue verdugo de Temperley en muchas ocasiones durante su carrera como futbolista.

El paso de los minutos se tradujo en un aumento de la intensidad por parte de Morón, unido a una merma transitoria por parte de Temperley. Esto casi se paga caro, cuando Akerman hizo una majestuosa asistencia de cachetada a Nicolás Ramírez (exdelantero de Los Andes), quien quedó mano a mano con Matías Castro, lo eludió e inexplicablemente le erró a un arco completamente desprovisto de resistencia alguna.

Pero las emociones no paraba en el Sur: hacia los 20’ del complemento, Gonzalo Asís cayó en el área. El árbitro Sebastián Zunino sancionó la pena máxima a favor de Temperley. Sin embargo, para desgracia del “Cele”, el exarquero de Quilmes y Estudiantes de Caseros, Julio Salvá, tapó el penal ejecutado por Mauro González, así como también el rebote. Todo seguía igual, es decir, 1 a 0 en favor de Temperley.

Pese al penal dilapidado, el equipo no tuvo ningún bajón anímico y siguió buscando el gol. Perseverando, después de una buena corrida del antes mencionado Asís, el ingresado Nicolás Messiniti estiró la ventaja para los de Perazzo, convirtiendo, de esa forma, su primer gol con la camiseta de Temperley.

La alegría y la locura se adueñaba de la afición celeste en el Beranger, que podía volver a festejar después de tanto tiempo. El fútbol estaba presente, más allá del resultado. Como guinda del pastel, el excelso Federico Fattori asistió nuevamente al striker de la tarde, Nicolás Messiniti, para que ponga números definitivos al resultado: 3 a 0 a favor de Temperley.

El título de esta nota dice: “Igual que hace siete años”. Eso se debe a la similitud de este partido con un 3 a 0 a favor de Temperley ante, justamente, el “Gallo del Oeste”, disputado el 14 de octubre del 2012. Aquella tarde, el “Cele” obtuvo el triunfo a través de los goles de Luis López, Mariano Campodónico y Matías Miramontes (que, curiosamente, anotó tras fallar el penal, gracias al rebote proporcionado por el guardameta Migliardi).

En síntesis, el conjunto celeste quedó sexto en la tabla de posiciones, en puestos de clasificación a la Copa Argentina y en expectativa por la zona de discusión del Reducido. Lo hizo demostrando carácter, fortaleza y buen juego. La regularidad será fundamental para que este proyecto se consolide y dé frutos en cuanto a resultados.