Centurión fue una de las figuras del reciente Boca campeón, por lo menos adentro de la cancha. El problema estuvo afuera. Sus comportamientos poco profesionales en su vida privada lo forzaron a tener que abandonar el club. Es una pena que un jugador con sus condiciones no las aproveche, porque fue fundamental en los encuentros que disputó con el club. Adentro del campo, se va a hacer extrañar.

Sumado al incidente del vivo en Instagram fumando y a la denuncia por violencia de género, se difundió una foto del 10 de Boca con un posando con un arma. Aunque el San Pablo, dueño de su pase, bajó su precio a 4,2 millones de dólares, el club Xeneize no gastará ese dinero, por lo cual Ricky volverá a Brasil, donde se definirá su futuro. El caso de Daniel Osvaldo parece similar a este. Un jugador que podría aportar mucho a un equipo, pero las malas actitudes fuera del campo lo marcaron a fuego. Ambos se fueron del club con Guillermo Barros Schelotto como director técnico.

Centurión no tuvo un mal paso por Boca. Salió campeón del torneo local, en el cual disputó 22 partidos y marcó 8 goles. Fue el tercer máximo artillero del equipo, detrás de Darío Benedetto y Cristian Pavón. Lo que siempre parece difícil, como realizar buenas actuaciones en los primeros partidos y que no pese la camiseta, encima con la 10 en su espalda, lo hizo de maravilla. Hasta se había metido a gran parte de la hinchada en el bolsillo. Pero menospreció un tema que parece mucho menos importante de lo que realmente es, la vida privada, que lo condujo a su salida del club.

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