Mostró grandeza Matthysse. Antes, durante y después, pero igualmente perdió. La derrota fue justa, García planteó el combate más inteligente de toda su carrera y, por decisión unánime, defendió los títulos mundiales del CMB y de la AMB en la categoría superligero. Del séptimo en adelante, el argentino boxeó con el ojo derecho completamente cerrado producto de la hinchazón que le provocó la zurda del rival. Este aspecto cambió rotundamente la pelea. Sin embargo, el nivel del enfrentamiento fue altísimo y dejó la puerta abierta para una revancha. Las tarjetas fueron 114-112, 114-112 y 115-111 y al local le descontaron un punto en el último asalto, a pesar de que aplicó golpes bajos durante todo el choque. Cabe destacar que el campeón felicitó al chubutense una vez terminado el pleito, demostrando que es distinto al arrogante de su padre y entrenador.

Matthysse, el favorito en las apuestas y en la opinión pública, arrancó mejor. Se paró del centro del ring para adelante, tomó la iniciativa y conectó los mejores golpes, ante un García que salió decidido a moverse y alejarse de las cuerdas, conociendo el peligro que corría antes los puños del rival. El argentino metió bien la izquierda cruzada y supo defenderse los primeros dos asaltos.

En la tercera vuelta la pelea comenzó a cambiar. García, muy inteligente, agarraba a Matthysse cada vez que éste lo encerraba en las cuerdas. La pelea se empzó a dar en la corta distancia y fue ahí donde el campeón sacó ventajas, metiendo certeras y veloces combinaciones de golpes curvos al cuerpo y a la cabeza. El oriundo de Trelew aguantó golpes que a cualquier otro, como a Amir Khan o a Eric Morales, hubiesen volteado. Sin embargo, la demostración de guapeza no bastó.

La contienda se volvió pareja, García se escapó de las garras de su depredador, quien no se cansó de ir para adelante, y por momentos lo encontró de contraataque. La historia cambió cuando el ojo derecho de Matthysse comenzó a hincharse, a tal punto que se cerró completamente. El campeón aprovechó al máximo esa ventaja, tiró mucho el cross de izquierda sabiendo que su rival no lo veía venir y empezó a sacar ventaja. El retador se fue mentalmente de la pelea. Comenzó a desesperarse porque buscaba el golpe del KO pero nunca pudo encontrarlo.

Luego del octavo round, en el descanso subió el médico para verificar el estado del ojo derecho del argentino. El dominio de García se extendió hasta los últimos asaltos, mientras que Matthysse seguía sin poder encontrarlo, perjudicado por su escasa visión.

En el penúltimo round, La Máquina, como lo apodaron en Estados Unidos, salió a buscar el nocaut, su única salvación. Conectó todas las manos que no había podido meter en los asaltos anteriores, sacó una clarísima ventaja y la esperanza volvía a renacer en el pueblo argentino, pero García aprovechó un segundo de descuido de su rival y lo mandó a la lona combinando abajo. A esta altura del combate, el estadounidense había aplicado una infinidad de golpes bajos, pero el árbitro Tony Weeks le descontó un punto en el último asalto, con la contienda decidida.

El decimosegundo asalto fue la demostración de coraje del argentino, quien a pesar de su ojo cerrado no dejó de ir para adelante buscando el nocaut. Logró conectar buenas manos, apretó a García contra las cuerdas y ambos se dedicaron en los últimos segundos a desatar una verdadera guerra, dejando de lado la defensa y buscando la mano de la definición, pero la campana se anticipó a la lona.

La pelea amerita revancha, el campeón le dijo a Matthysse que se la merece y se la va a dar, pero los que deciden son los promotores. 

Con los dos ojos en perfectas condiciones, la pelea podría haber sido distinta. En los primeros seis asaltos está la prueba.