5-0: Un feliz momento que tuvo triste final

Hace 20 años el mundo presenció la caída de un grande en su propia cancha a manos de un equipo que mostró el mejor fútbol que pudo haber tenido.

5-0: Un feliz momento que tuvo triste final
FOTO: eltiempo.com
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Por Diego F. Ariza

Para algunos fue el momento de mayor alegría en la historia de Colombia, para otros lo peor que le pudo haber pasado a nuestro país futbolísticamente, y para unos cuantos solo fue un partido más con un resultado sólo inusual en el fútbol.

Lo que haya sucedido ese 5 de septiembre de 1993, los momentos previos y los sucesos posteriores fueron significativos en el contexto de la historia que muchos saben pero muy pocos conocen detalladamente.

Los números favorecían a Argentina en los partidos que habían jugado ante Colombia (17 victorias y solo 8 derrotas), y el último encuentro fue victoria para Colombia por 2-1 en Barranquilla casualmente por las eliminatorias a USA ’94.

Los partidos clasificatorios del grupo B de la CONMEBOL rumbo al mundial de Estados Unidos tuvo como protagonistas a Argentina, Perú, Paraguay y Colombia, este último el principal causante de todo lo que fue pasando.

Los colombianos llevaban paso firme en cada partido que jugaban: victorias a Perú tanto de local como visitante y empates ante Paraguay en ambos partidos, igual camino de Argentina pero con un punto menos debido a su derrota ante los cafeteros.

Así llegaban los equipos antes de la fecha 8 del grupo B de las eliminatorias a USA ’94:

Equipo Pts Dif.G.
Colombia 8 6
Argentina 7 3
Paraguay 5 -1
Perú 0 -8

Los días previos al encuentro fueron tanto de esperanza para los colombianos como de mucha confianza para los argentinos. Mientras nuestro país estaba convencido de que se podía ganar en Buenos Aires (por el resultado que sea) para ir al mundial, a los gauchos era difícil creer que pudieran jugar el repechaje ante Australia o peor aún, resultar eliminados.

Un ambiente hostil, como es la típica de los habitantes argentinos con los visitantes respecto al fútbol, recibía a la Selección Colombia dirigida por Francisco Maturana y que tenía en sus convocados a varios de las más grandes estrellas del fútbol sudamericano: Valderrama, Rincón, Asprilla, Valencia, Álvarez, entre otras.

Los entrenamientos a las afueras de BB. AA., los hinchas a la salida del Hotel intentando no dejar descansar a los jugadores, y los vidrios rotos del bus que transportaba a la selección fueron una muestra de que el encuentro ante Argentina no iba a ser fácil.

El día del encuentro llegaba, con los ojos puestos en Buenos Aires y los oídos en Lima para saber la dramática definición del tercer clasificado directo y del equipo que jugaría el repechaje continental.

Era claro que el favorito era Argentina, por más que Colombia jugara bien y fuera el líder del grupo, ya que nadie le había ganado los gauchos en el Monumental por eliminatorias y el solo hecho de ser Argentina era una especie de “plus” ante cualquier equipo.

"No se puede cambiar la historia, no se debe cambiar la historia: Argentina arriba, Colombia abajo"

La llamada de Asprilla por celular en la mitad del campo, el avión que pasó cerca al estadio y el cantico de "son todos negros, son todos p..., siempre están de luto" por parte de los argentinos eran ingredientes de un acontecimiento que nunca se olvidó.

Iniciaba el partido y los locales tomaban la iniciativa con Batistuta en ataque pero Córdoba era un cerrojo en los tres palos, reemplazando de buena manera a René Higuita quien estaba detenido en Bogotá.

Continuaba el ataque argentino y Colombia se defendía bien sin desesperarse, un gran trabajo de Perea y Mendoza que fue importante en la primera parte.

Los colombianos empezaron a inquietar el área de Goycoechea y cuando se veía que el partido terminaba empatado en el primer tiempo, Valderrama sacó a flote ese fútbol que lo caracterizó en el mundo y le colocó un pase a Rincón para que el mediocampista burlara al portero y cantara el primero del partido a los 41’, iniciando la “cumbia” en el encuentro.

El segundo tiempo se puede decir que fue casi de trámite, pero la verdad los 75.000 asistentes presenciaron el máximo nivel de fútbol de Colombia jamás mostrado hasta la fecha.

Solo cuatro minutos pasaron cuando Asprilla en jugada personal marcaba el segundo gol de Colombia, una sorpresa para todos en el Monumental y la alegría de los colombianos que no se cambiaban por nada.

Continuó el ataque colombiano sin dejar opciones a los argentinos cuando a los 72’ un centro de Leonel Álvarez que no logra puntear Valencia pero Rincón aprovecha y vence a Goycoechea por segunda vez en su cuenta personal.

La noticia era una sola: Colombia estaba goleando a Argentina en el Monumental, y el empate de Paraguay con Perú le salvaba el cupo al repechaje a los argentinos.

Pasaron dos minutos después del gol cuando Asprilla roba un balón y con su velocidad característica hace una gran definición para colocar el cuarto gol del partido, asombrando a todos los que veían el partido, tanto en el estadio como por televisión.

El público argentino no tenía palabras para lo que presenciaban, su equipo era humillado en su propia cancha y ante un conjunto inferior históricamente.

Ya cuando todo indicaba que el resultado era 4-0, de nuevo Asprilla iniciaba el ataque y le hace un pase a Valencia para que el delantero haga el quinto gol, lo impensado fue real.

El final del partido fue algo que todos quieren recordar para siempre, Colombia goleó a Argentina por cinco a cero en Buenos Aires, y lo único que podían hacer los asistentes al encuentro fue aplaudir a los colombianos por lo hecho en los 90 minutos de partido, una muestra de buen juego frente a los bicampeones de América y del mundo, junto con el reconocimiento de Maradona en la tribuna.

Un día cívico, como lo querían los comentaristas colombianos durante el partido, fue aquel domingo y el lunes en Colombia, la gente en las calles con banderas y música haciendo la fiesta típica de los colombianos, aunque hubo muchos problemas sobre eso a causa de los desórdenes y algunos muertos en las celebraciones.

Los argentinos culpaban a Alfio Basile, técnico de Argentina, por no convocar a Maradona pero también al portero por su pésimo trabajo, al fin y al cabo la palabra fue solo una y es muy recordada por cierta revista de ese país: ¡VERGÜENZA!

El camerino colombiano fue de canticos en homenaje a Higuita y a todo un país, con las lágrimas de Gabriel Gómez y el “¡Viva Colombia ¡” de Carlos Valderrama que son inolvidables para todos.

Pero esa alegría, fiesta, emoción y celebración de una hazaña más que increíble, se quedó en solo ese momento y ya, pues lo siguiente fue más de solo amargura que otra cosa: los nexos con el Cartel de Cali, el favoritismo para ganar el mundial que les dio ese exceso de confianza, las amenazas a Gabriel Gómez y su repentino retiro del fútbol, la eliminación en primera ronda y la muerte de Andrés Escobar son conocidos como el inicio del declive del fútbol colombiano que conocimos hasta hace solo un par de años.

Colombia nunca ha vuelto a golear a Argentina por ningún torneo, y de hecho los argentinos aprendieron a nunca confiar en ganar ante nadie sin haber jugado por primera vez en su historia, algo que han mantenido hasta hoy, en cambio que Colombia no volvió a figurar como ese día sino hasta hoy que está a muy poco de volver a jugar un mundial.

Para concluir, hago esta pregunta: ¿A quién benefició más ese resultado del 5-0, a Colombia o a Argentina?