Con nueve cambios en la nómina titular, respecto al partido del miércoles pasado Frente al Atlético Huila, Nacional saltó al terreno del Polideportivo Sur de Envigado para un duelo paisa que catapultaría al ganador a la cima del campeonato.

Tras el pitazo inicial, los dirigidos por Juan Carlos Osorio se hicieron inmediatamente con el dominio del balón, lo que no significó un peligro real para el arco defendido por Breiner Castillo, ya que el dominio fue pasivo y en zonas de poco compromiso.

Así sería hasta el minuto 12, cuando en un desborde por izquierda, con gran técnica y velocidad, Juan David Valencia logró superar la marca de Cristian Arrienta para mandar un centro al segundo palo, donde llegó Ruiz para bajársela al paraguayo Pablo Zeballos, quien, con un remate mordido, puso el primer grito del gol en la tarde antioqueña. Y el primero desde su llegada a Nacional.

Custro minutos duraría la alegría verde

A los 16, y luego de una combinación en pared entre Burbano y Médez, que desde que la empezaron a tocar en el centro se veía que iba a ser gol debido a los movimientos erráticos de la defensa de Nacional y los huecos que fueron dejando, llegó el gol de Yony González para poner el empate en el juego. 

Tras las anotaciones, el juego decaería nuevamente hacía el dominio de pelota de Nacional, que sin agredir, pasivo y pusilánime movía la redonda de un lado para otro. Las aproximaciones más significativas  se dieron gracias a los buenos los centros de Valencia y los lanzamientos en diagonal de Daniel Bocanegra que no encontraron claros destinatarios.  

Por su parte, Envigado, propio a su tradición y al legado de un hombre como Neider Morantes, siempre que intentó jugadas de ataque lo hizo con pelota al piso y pases precisos en la zona media. Aunque les costó terminar la jugada.

Segunda mitad, el mismo libreto

Nacional, sin finesa a la hora de crear fútbol por el centro, se vio obligado a buscar las bandas para llegar con peligro al arco Naranja, pero no lo consiguió. Por el contrario, con la salida en ataque de Valencia y García, se creaban espacios a sus espaldas que hombres rápidos y técnicos como Arango, Arrieta y Méndez trataron de aprovechar en el contragolpe.

El partido fue sombrío y pobre en acciones de gol, Envigado se defendió con un sólido bloque que no sufrió grandes incursiones del rival, mientras que Nacional tuvo la pelota y no supo qué hacer con ella. Hasta el 87’, en el epílogo del juego, cuando Jonatán Copete mandó un centro templado y al punto penal, al que llegó Zeballos y puso la única emoción del segundo tiempo y el tanto decisivo del encuentro.

Zeballos: “fueron dos goles muy importantes para el equipo y para mí”

 Al conjunto de Osorio le faltó un hombre que rondara las cercanías de la media luna, con manejo y claridad para hacer jugar a los demás, un titiritero. Cosa que no pudo lograr ni con la entrada de Harrison Otálvaro. Envigado jugó mejor como conjunto, pero terminó cediendo dos goles en pelotas aéreas.  Al final, el verde ganó, como lo expresó Francisco Nájera, por “merito de la perseverancia”.