La posibilidad de tener un cuarto colombiano (junto a James Rodríguez, Jackson Martínez y Juan Fernando Quintero) en los cuartos de final de la UEFA Champions League se esfumó este miércoles, luego que Chelsea y Paris Saint-Germain igualaran a dos en uno de los duelos más emocionantes de lo que va disputado en la máxima competición de clubes del Viejo Continente.

Juan Guillermo Cuadrado, única incorporación invernal de los blues, fue convocado por José Mourinho, pero finalmente el técnico portugués decidió no ingresar al futbolista antioqueño y optó por otros sustitutos para disputar los 120 minutos que se jugaron en el Stamford Bridge.

El conjunto del oeste de Londres contó con varios alicientes para asegurar su cupo a la siguiente ronda, comenzando por la expulsión del sueco Zlatan Ibrahimovic en apenas media hora de juego por una infracción deslizante sobre el brasileño Oscar. Sin embargo, el cuadro local se mantuvo en su intención de sacar un empate sin goles para así hacer efectiva la ventaja que consiguió tras el 1-1 en París hace dos semanas.

Las acciones llegaron por parte del equipo galo, que tuvo la mejor opción con Edinson Cavani eludiendo a Thibaut Courtois y errando el gol antes de que Gary Cahill rompiese con la paridad a diez minutos de finalizar el tiempo regular. La reacción parisina sería inmediata: centro de tiro de esquina y cabezazo certero de David Luiz. El Man of the Match le rompió el arco al guardameta belga y el corazón a todos sus ex seguidores londinenses.

En la prórroga, los dirigidos por Mourinho cambiaron la actitud y se vieron rápidamente recompensados por un penal que concedió el holandés Bjorn Kuipers. Eden Hazard convirtió con elegancia la enésima decisión polémica del juez, quien terminó siendo protagonista gracias al poco criterio para mostrar tarjetas y a un penal que obvió sobre Diego Costa minutos después de haber mandado a las duchas a Ibrahimovic.

La justicia se decantaría por los esfuerzos de la escuadra visitante cuando todo parecía indicar que Chelsea se convertía en su verdugo europeo por segundo año consecutivo. El carioca Thiago Silva repitió la dosis que su compatriota había aplicado en el 1-1 para resarcirse del penal cometido y darle al PSG la oportunidad de tomar venganza por la eliminación en la temporada pasada. Una hazaña que sirvió como castigo a la disposición timorata y la mediocridad futbolística que propuso el Míster durante toda la serie.