Así es el Nacional de Osorio, un equipo que a pesar de haber dominado el fútbol colombiano por un año y medio, casi siempre se caracterizó en la irregularidad de sus partidos, jugando a lo Barcelona algunos días y en otros a lo Dépor.

Y al equipo le sobran antecedentes donde sufre bajones que cualquier club colombiano se achicopalaría y terminaría eliminado producto de esas crisis, mientras que Nacional rompe todos los esquemas de la lógica a veces con fútbol y otras con suerte.

Sin duda el primer punto de inflexión histórico de este equipo de Osorio ocurrió durante los cuadrangulares de la Liga 2013-I. El equipo perdió sus dos primeros juegos ante Pasto e Itagüí y fue el tercer juego ante Tolima en Ibagué que remontó un 1-0 a un 1-2 y de ahí fue imparable hasta llegar a su final, también más adversa de su historia, que ganó frente a Santa Fe en el Campín.

Después de ese batacazo en Ibagué fue que el verde dominó con mucha contundencia el campeonato colombiano durante 3 ligas consecutivas, hasta su última frente a Junior que también le tocó sufrir un poquito más.

Pasando al plano internacional, ya Nacional tuvo que parir también en el grupo de la muerte de la Libertadores pasada con Newell's, Gremio y Nacional de Uruguay. Al perder sus dos juegos con Gremio, Nacional estuvo obligado a ganar sí o sí en la última fecha ante Newell's en Rosario. Y como no, sacó nuevamente la categoría para derrotarlo 1-3 y nuevamente clasificando a los octavos de final.

El último historial fue en la pasada Sudamericana ante General Díaz de Paraguay. La derrota verdolaga por 0-2 en el Atanasio parecía sentenciar la serie en contra de los de Osorio, pero el equipo se sobrepuso de una manera increíble con 10 jugadores y remontando un 1-3 faltando 3 minutos para el final. De ahí en adelante aprovechó el impulso alcanzado a llegar a la final contra River después de 12 años.

Nuevamente en Libertadores, sus dos primeros empates, más la victoria y derrota frente a Barcelona de Guayaquil, dejó muy mal parado al Rey de Copas en su grupo obligándolo a ganar en Argentina para poder depender de sí mismo en la última fecha ante el Libertad paraguayo en Asunción.

Otra vez Nacional sufrió en el juego aéreo pero la fortuna le volvió a sonreir frente a un Estudiantes impreciso en la definición y que solo le marcó un gol a Camilo Vargas pero en posición adelantada. El equipo verde mostró poco fútbol nuevamente, pero esta vez tuvo carácter entendiendo que el partido era más para pelearlo que jugarlo ante un rival que presionó mucho, pelea que ganó Nacional limpiamente.

Se cortó una racha de larga de varios partidos recibiendo goles pero también se mantuvo otra racha de 18 partidos consecutivos anotando tantos, cosa que no pasaba desde hace 24 años según @datosnacional. También es su sexta victoria oficial en tierras argentinas y es el equipo colombiano con más triunfos en el país del tango.

Obviamente la figura del juego fue Yulián Mejía, que aparte del gol, entendió nuevamente que el fútbol es un deporte colectivo y que su tanto llegó gracias a una pared del Lobo Guerra entre una defensa muy poblada, dejándolo en carrera para que pudiera resolver con un remate al arco que afortunadamente contó con la suerte de desviarlo a gol.

Osorio se la jugó con poner una línea de 4 defensores y todos centrales, ningún lateral, algo que pocos adiestradores se hubieran atrevido a hacer con panoramas de resultados dudosos pero que de nuevo el estratega risaraldense se salió con la suya. Nacional espera que con este nuevo planteamiento no sufra tanto la ausencia de su mejor jugador polifuncional como lo es Daniel Bocanegra.

Camilo Vargas no fue muy exigido pero respondió siempre a los balones más peligrosos demostrando su valía y callando un poco a sus detractores, que lo crucificaron por muchos partidos cuando la mayoría de las veces no pudo evitar los goles por culpa de sus compañeros en defensa.

Dios quiera que este triunfo sea el último punto de inflexión para por fin llegar nuevamente a instancias finales de la Copa Libertadores de América, el torneo internacional que el mismo Osorio anhela y que no se quiere ir hasta conseguirlo.