Y de repente, ha pasado. Por fin ha llegado el momento. Ese instante que un ser humano, en su etapa de adolescente, sueña tener. Pasar noches noctámbulas pegado al teléfono, intercambiar postales, entregando un amor sin restricción. Daniela Montoya, en Moncton, lo ha encontrado y lo ha gritado a todo el mundo.
Hasta el minuto 82, parecía eclipsado el juego para las colombianas. Caían 1-0 y era infructífero el esfuerzo realizado dentro del campo. Pero Daniela, romántica, quiso soñar y cambiar las cosas. Tomó su carta y la mandó a la ventana con medidas de 7,32 metros de ancho y 2,44 de alto.
El remate de Montoya se ingresó en el ángulo formado por el vertical de izquierda y el larguero. Pero no lo logró sola, Tatiana Ariza fue su complice, le entregó el pase y de espaldas al arco, provocó el espacio vacío por donde se coló el disparo. Luego de que su envío estaba adentro, Daniela llamó a sus mejores amigas, se lo contó y luego lo gritó al cielo.
Un cúmulo de ideas para provocar el inicio de una linda historia. Colombia anotó su primer gol en Copas del Mundo Femeninas, Daniela Montoya ha dejado su nombre estampado en los récord de la 'tricolor' femenina, y además, inició una historia que puede perdurar por siglos, una historia de amor con el gol.