Pocas premisas alcanzan el estatus de axioma en el fútbol. Para que se dé este suceso existen unos procedimientos que van desde la dialéctica de los antiguos griegos hasta la duda metódica de René Descartes y que se proponen eliminar cualquier rastro de oposición hacia una verdad o conclusión elemental. Las camisetas número diez del FC​ Barcelona y de la Selección Argentina adornan, desde hace más de un lustro, la estampa de uno de esos escasos axiomas. El aforismo de Lionel Messi.

Las horas avanzan y el momento de enfrentar a la Albiceleste se acerca. Colombia ha tenido que surcar los mares briosos de un grupo donde llevó al tiburón a morder el anzuelo, pero se quedó sin carnada para atrapar a los peces pequeños. En el horizonte asoma el cuadro ganador del Grupo B liderado por su estrella, tan enana como brillante. Un astro que demanda a sus inspectores la mayor concentración para tener siquiera la remota chance de seguir su estela.

Messi se ha encargado de encubrir su corona de quienes pretenden usurparle el trono. Casi tan bien como esconde la pelota. El mejor fútbolista del presente siglo ha superado lesiones, críticas, resentimientos, errores ajenos y rivalidades forzadas para redefinir, a su antojo, el alcance de un genio, al punto que, pese a cuanto le exigen y le miran, cuesta rememorar aquellas jornadas en las que su desempeño causó rumores y preocupaciones.

Recuerdo la llave que lo enfrentó al Atlético de Madrid por los cuartos de final de la UEFA Champions League 13-14. La Pulga buscó en sus compañeros la forma de contrarrestar la intensidad y la férrea marca que ejercieron los adversarios, mas en el juego de vuelta, con el resultado a favor, los colchoneros lo llevaron a tomar decisiones apresuradas que terminaron en desperdicios, para así sellar su pase a semifinales. Koke, Raúl García y Arda Turan en función del doblaje por bandas fueron las piezas claves.

Otro de los grandes trabajos defensivos que se han realizado sobre el '10' lo configuró el Málaga CF, club que sacó cuatro de seis puntos en los encuentros de la temporada pasada frente al Barça. Los boquerones sobrevivieron en la primera vuelta al entonces líder de la Liga BBVA y en febrero salieron del Camp Nou con los tres puntos y el arco en cero, gracias al despliegue de Sergi Darder y a la seguridad de Weligton. Lionel se vio abrumado por un mediocentro que anticipó sus movimientos y por un zaguero que lo llevó al límite en cada duelo, lo sacó de quicio y dominó el área con soltura.

Celta de Vigo y Real Sociedad fueron dos de los muchos equipos que buscaron imitar tal estrategia en la última edición de la liga española. Destacan estos por haber sido exitosos. Ambos se replegaron, se hicieron compactos en las cercanías del guardameta. Ambos triunfaron por la mínima. Del ámbito europeo se recuerdan los impecables trabajos del Inter de José Mourinho y el Chelsea de Roberto Di Matteo, cuyos esfuerzos se duplicaron al estar 50 minutos sin el expulsado John Terry. Orden y acopio de jugadores en el área como pilares en estos operativos para detener al rosarino.

A la memoria también llegan un par de actuaciones donde le frustraron estando al servicio de su selección. En Sudáfrica 2010, Alemania fue el verdugo. Los teutones se adueñaron del mediocampo con un doble cinco compuesto por Toni Kross y Bastian Schweinsteiger, quienes dieron cátedra de cómo anular la destreza del gaucho, restringiendo al máximo su tiempo de posesión.

La Holanda de Louis Van Gaal hizo lo propio en Brasil 2014 y, si bien no se clasificó a la final del certamen, el papel de Nigel De Jong en persecución de Leo, los cierres oportunos de Ron Vlaar y la reducción de espacios de todos los actores de la Naranja Mecánica le arrebataron el protagónico a la imposibilitada Pulga, que acusaba el desgaste físico y mental de un año falto de títulos y motivaciones, pero abundante en polémicas, dudas y disgustos. 

Con miras a la definición del tercer semifinalista en carrera hacia el rótulo que ostenta el Rey de América, el episodio final de este recuento no podía ser otro. Pese a que en los últimos 15 años la Tricolor solo ha cosechado una victoria (2-1, noviembre 2007) y que su historial contra Argentina con Messi en cancha favorece a los del sur del continente (3V-2E-1D), dos de las últimas tres presentaciones entre estas escuadras han demostrado que los cafeteros están en plena capacidad de complicar el juego del diez.

En su país se gestaron ambas murallas. El calendario cruzó a colombianos y argentinos en la fase de grupos de la Copa América 2011, siendo Carlos Sánchez el abanderado de un bloque defensivo que hizo retroceder al mejor futbolista del planeta y a sus cómplices. La Roca lo sobró en condición atlética mientras Fredy Guarín y Abel Aguilar se ocupaban de relevar posiciones e interceptar sus opciones de pase.

En el duelo más reciente, correspondiente a las Eliminatorias Mundialistas camino a Brasil 2014, Alexánder Mejía ingresó dos minutos después de Leo y cumplió con la directriz de José Néstor Pékerman: seguirlo por todo el campo. El barranquillero es el único volante de recuperación disponible para contrarrestar el poderío ofensivo de la Albiceleste, pero la experiencia cercana lo respalda. Él fue testigo en uno de esos días donde Messi solo pudo ser Lionel.