Este domingo, a partir de las 19:30, en el Estadio Atanasio Girardot, Deportivo Independiente Medellín se medirá una vez más con Alianza Petrolera, el obstáculo que deberá superar para poder acceder a su tercera semifinal este año. Las circunstancias en las que llega el Rojo de cara al enfrentamiento de vuelta son en cierta medida similares a las que tuvo en el primer semestre, cuando el rival a vencer era el Junior de Barranquilla.

La primera

Y es que en mayo, cuando enfrentó al equipo Tiburón por los cuartos de final de la liga, Medellín consiguió hacerse con una ventaja de 3-0 en el juego de ida, pese a que en la cancha el resultado había sido de empate a dos goles. ¿La razón?, el insólito caso de los cuatro extranjeros que alineó esa noche el director técnico Alexis Mendoza, lo que hizo que el punto del empate se multiplicara por tres y fuera a las arcas de El Poderoso de la Montaña.

Así las cosas, Medellín administró la amplia ventaja en el juego de vuelta, que se jugó en el Atanasio. Mantuvo la posesión de la pelota durante la mayor parte del partido, jugó con la desesperación del rival, para asestar el golpe definitivo sobre el final del partido: un gol de Hernán Hechalar que sellaría el 4-0 definitivo en el marcador global.

Luego de esto vendría la primera semifinal del año, en la que enfrentaría al Deportes Tolima. Para el partido de ida, en lugar de movilizarse a la capital del departamento tolimense, el Deportivo Independiente Medellín se dirigió a la capital del país, específicamente al Estadio de Techo, la cual era la casa provisional del Vinotinto y Oro. En ese juego la figura sería Joel Silva, arquero del equipo Pijao que atajó un penalti a Juan Fernando Caicedo, que hasta ese entonces nunca había fallado un cobro desde los doce pasos como profesional. Marcador final: 0-0.

Sin embargo, las emociones que faltaron en el partido de ida llegarían en el de vuelta. Cuatro goles vio esa tarde el Atanasio Girardot, que estando a reventar celebró el paso de El Poderoso a la final, que con una remontada epopéyica firmó un 3-1 a su favor. En este partido Joel Silva también le atajaría un penalti a Caicedo.

La segunda

Apenas un par de meses después, los dirigidos por Leonel Álvarez enfrentaron al Deportivo Cali en partido válido por los cuartos de final de la Copa Águila. El encuentro, irremediablemente acompañado por cierto tinte de revancha por parte de los jugadores del DIM, quienes escasos cincuenta días antes habían visto cómo la que sería la sexta estrella se escapaba en manos del cuadro azucarero, terminaría por resolverse esta vez a favor del onceno paisa.

Un dos a cero a favor de Medellín en la ida, cortesía de Christian Marrugo y Hernán Hechalar, sería suficiente para que, manteniendo el empate a cero en el Monumental de Palmaseca, Medellín se instalara nuevamente en una instancia definitiva.

De esta manera el Deportivo Independiente Medellín debería enfrentar nuevamente al Junior, pero esta vez por la Copa Águila. Otro partido en el cual arreglar cuentas pendientes. Y así fue, porque en esta ocasión, al igual que en la anterior, el equipo costeño marcó en dos oportunidades, con la diferencia de que solo recibió un gol en contra. Así, iba en ventaja al juego de vuelta, que se disputaría en el Atanasio Girardot.

Ya en el partido de vuelta, Medellín consiguió igualar lo ocurrido en el Metropolitano de Barranquilla ocho días atrás: con goles de Juan Fernando Caicedo y John Freddy Pajoy forzó los cobros desde los doce pasos en los que, para desgracia de los cerca de 15,000 hinchas que asistieron ese día al Atanasio, caería por 4-5.

Juan Fernando Caicedo celebra su gol, marcado en la primera parte. Foto: Archivo DaleRojo

¿La tercera?

Para acceder a su tercera semifinal este año al Deportivo Independiente Medellín le bastará con empatar o perder por menos de dos goles ante Alianza Petrolera este domingo. Con la serie a su favor y terminándola en condición de local, todo está dado para que el Poderoso acceda a la siguiente ronda de la Liga Águila 2015-II, la cual lo deja más cerca de la sexta estrella, esa que se ha hecho tan esquiva, esa que se ha convertido en una obsesión.