Con tres goles y una asistencia, Rafael Santos Borré terminó su participación en el segundo semestre de la Liga Águila. El barranquillero jugador del Atlético del Madrid, sin duda alguna, sufrió un gran debacle en este campeonato, en el que se ausentó por varias fechas, debido a lesiones y una convocatoria con la Selección Colombia. Su mal momento, lo pagó con su director técnico, Fernando Pecoso Castro, quien solo le dio quince minutos en el último partido del 2015 del Deportivo Cali.
Indudablemente, el potencial de Rafael Santos Borré es para que sea la próxima estrella del fútbol colombiano. El delantero llamó la atención hace once meses, en el Sudamericano Sub-20, y, posteriormente, con grandes actuaciones con el Deportivo Cali en algunas fechas del torneo local. Luego, llegaría el Mundial Sub-20, el cual fue un total fracaso. Llegaron las convocatorias de José Pékerman para la selección de mayores, junto a algunas lesiones que lo apartaron de las canchas.
El delantero no tuvo un gran desempeño en este semestre. Desde el 23 de julio, cuando le anotó un triplete a Uniautónoma en la goleada por 5-1 de parte del Cali, el delantero no anotó ningún otro gol. Desde ese momento, jugó otros once partidos, en los que tuvo la polvora mojada. Sin embargo, no es posible dudar de su importancia en el esquema del Pecoso, siendo un socio para sus compañeros, y haciendo que el equipo se muestre más enchufado.
Esto, tal parece, no le bastó a Fernando Castro para convencerlo de poner a Borré por encima del delantero de 18 años, Mateo Casierra Que anotó un total de cinco goles, en la misma cantidad de partidos que lo hizo la Máquina, y dio dos asistencias, una más que Borré. El estratega prefirió a Casierra para el once inicialista frente a Nacional, y obviamente no le resultó. El agravante, fue que el primer cambio del Cali en el partido se dio en el entretiempo, y el sustituido fue el ya mencionado Mateo Casierra, en lugar de otro delantero, Miguel Murillo, que viene falto de ritmo.
Castro bajó a este Santo Borré del pedestal en que estaba puesto. Le puede golpear la moral o el orgullo, y hacer que las cosas empeoren, o que se lo tome como un llamado de atención por su bajo desempeño y que mejore.
Sin duda, esta posible lección del Pecoso a Borré le salió mal. El juego del equipo no pasó por los pies de sus delanteros, en un partido que terminó en derrota y eliminación por 3-1. Ni Preciado, ni Casierra, ni Murillo tuvieron mayor incidencia en el partido. No se sabe si con Borré las cosas en ese partido hubiesen sido distintas, pero al menos se hubiese sabido que se puso toda la carne en el asador desde el principio, y no como en este caso, que se terminó jugando los últimos quince minutos con la denominada PBM, Preciado, Borré y Murillo, tras el ingreso de Rafael.
Ahora, se vienen los amistosos de pretemporada que se jugarán en enero de 2016 en Estados Unidos, aunque aún están por concretarse. Además, habrá que esperar el campeón de este semestre, para saber el rival de la Superliga Águila. Esperar que el sorteo de la Copa Libertadores no le arroje al Cali un equipo de la talla de Boca Juniors, River Plate, o cualquiera de esos brasileños que sin problema meten decenas de miles de personas a un estadio. Y ya por último, disfrutar a nuestra Máquina los últimos seis meses antes de su partida a la élite mundial del fútbol.