Explosivo, ese es el adjetivo que define con mayor precisión los primeros treinta minutos de la final de la trigésimo segunda edición del Pony Fútbol. Y es que tanto los jugadores del Deportivo Independiente Medellín como los del Atlético Nacional salieron con todo desde el pitazo inicial, tanto así que la primera oportunidad del juego llegó a los once segundos de juego, por parte del cuadro rojo.
Sin embargo, en los minutos siguientes fueron los verdes quienes se hicieron con la posesión de la pelota y el dominio del partido, pero este tuvo que detenerse a los seis minutos porque algunos aficionados estaban trepándose a las rejas de Marte Número 1 para poder observar el juego decisivo. Nadie quería perderse el primer Clásico Paisa de la historia del Pony Fútbol.
Pasaron cuatro minutos mientras se normalizaba la situación y luego se reanudó el encuentro. Esta vez el que se hizo con el protagonismo fue Medellín, que de a poco volvía a aproximarse al arco norte.
Pero no fue sino hasta el minuto quince que por medio de Miguel Ángel Monsalve, que había marcado 14 tantos en el clasificatorio al torneo, el Poderoso se iba arriba en el marcador y la mitad de los asistentes a la Marte estallaban en júbilo y felicidad. No obstante, esta fue efímera, ya que apenas tres minutos después, tras un rebote después de un tiro libre de larga distancia, Julián Stiven Rivera ponía el tanto del empate para el Nacional. Vino la celebración de la otra mitad del estadio y, pasados tan solo dos minutos, llegó el gol de la remontada, esta vez por medio de Samuel Ruíz.
Llegó entonces la segunda parte y ambos equipos saltaban al campo de juego sin sustituciones. Los directores técnicos se la jugaban toda con los once iniciales. Transcurrieron los minutos y el marcador seguía mostrando un 2-1 a favor del cuadro verde.
Comenzaron los cambios en el Deportivo Independiente Medellín, pero con ellos tampoco llegó la anotación del empate. Fue así como llegó el fatídico minuto treinta y con él el anuncio por parte del central, que indicaba que se jugarían dos minutos más. Kevin Parra, figura del Atlético Nacional, se retiró del campo de juego en medio de los aplausos tanto de hinchas verdes como rojos, quienes reconocían por igual el talento de uno de los más destacados de esta versión del Pony Fútbol.
Terminó entonces el juego sobre el minuto 34 y la alegría de los pequeños vestidos de verde fue tan notoria como la desazón de los rojos. Abrazos por un lado, lágrimas por el otro, pero sobre todo aplausos de la tribuna, que agradecía a los niños por otra memorable versión del Pony Fútbol, el torneo de los pequeños para los niños.
