Golpe al castillo 'verde'

Atlético Nacional no pudo con el orden y determinación del Kashima Antlers y terminó noqueado por situaciones sistemáticas que desestabilizaron el desarrollo del partido. Sin embargo, a los de Rueda hoy les faltó la chispa, suerte e inteligencia de otros momentos.

Golpe al castillo 'verde'
Nacional tuvo una noche negra y terminó resignando la chance de una nueva final. | Foto: FIFA
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Por Julián Restrepo

La semifinal del Mundial de clubes a priori figuraba como el partido que enfrenaba dos estilos similares pero llevados a cabo de manera diferente, por su parte Kashima presentaba el orden y entereza como su principal arma en complemento del buen trato al balón, mientras Nacional buscaría apoderarse de la posesión con movilidad y juego exterior. Sin embargo, al final el resultado del juego no expresó lo visto en el desarrollo general del juego.

Los primeros minutos fueron de absoluto frenesí futbolístico, ambos equipos salieron a buscar la ventaja tempranamente, Kashima con su juego de segunda intención y Nacional aplicando las transiciones rápidas cuando el elenco japonés se lanzaba en ataque. Los de Reinaldo Rueda no abandonaron su estilo, aunque el rival presionase constantemente la salida con posesión.

El juego comenzó a mostrar como el elenco 'verdolaga' fue abrumando a su rival con las combinaciones que ofrecían Daniel Bocanegra y Orlando Berrio en la derecha, sirviendo cada tanto de filtradores para que Miguel Borja tuviese constantemente opciones de gol. Minutos después Macnelly Torres comenzó a hacerse eje cuando Matehus Uribe se sumó al ataque, llegando incluso a rematar en varias ocasiones a puerta sin suerte. 

Los nipones bajaron su intensidad y comenzaron a hacerse fuertes en el balón aéreo aprovechando los rebotes, fue así como al minuto 33' de la primera parte de forma insólita el juez húngaro Viktor Kassai se apoyo en la apenas naciente tecnología como apoyo en las decisiones arbitrales y decidió retrasar el juego para sancionar pena máxima a favor de Kashima.

Tercera victoria del Kashima ante equipos sudamericanos por torneos oficiales. 

A partir de allí Nacional se descuaderno, perdió el rumbo y lo que hizo fue divagar entre la poca intensidad y el golpe psicológico que al final del primer tiempo era notorio. A esa altura eran 36' minutos de dominio tirados al traste por una interpretación arbitral y el excesivo desperdicio de jugadas de gol.

Para la parte complementaria Kashima no abandonó el trabajo táctico que bien había hecho en sus dos juegos anteriores ante el Mamelodi y Auckland City cuando se encontraba en ventaja. Por su parte Nacional no cambió en lo absoluto, siguió proponiendo su juego de bandas y movilidad en espacio reducido, pero esta vez nada se daba. Si en el PT se desperdiciaron jugadas de gol, en el ST directamente parecía que el balón no iba a entrar ni en 90' minutos más.

Aunque Nacional continuaba siendo superior, su expresión futbolística se fue diluyendo conforme avanzaban los minutos y la desesperación aumentaba. Equivocación en los pases, mala cobertura del campo y claras falencias al momento de definir fueron la contante de un Nacional que pedía a gritos un cambio de aire que tampoco llegaría con la entrada de Alejandro Guerra.

Pasada la media hora de la etapa complementaria Nacional carecía de toda forma alguna vez vista, imperaba la individualidad y eso que hoy tampoco surtió efecto. Kashima hacia su partido y a los 38' del ST convirtió el gol que lapido las ilusiones del 'Rey de Copas' en el Mundial de clubes. A pesar de que Nacional nunca se entregó, la ventaja parecía irremontable no solo por el rival sino por el momento del equipo.

La estocada final llegó a solo 5 minutos del final, con Nacional volcado en ataque Kashima armó una contra que terminó de calvar la estaca en el corazón del pueblo verdolaga. Nada pudo hacer el equipo a partir de allí, el decoro fue lo único que quedó de una noche en la que el fútbol, y la vida, fueron un poco más injustos de lo debido con un equipo que deleitó a todo un continente este año.