Para el segundo partido en menos de tres días que Nacional disputaría, el cuerpo técnico decidió, naturalmente, jugar este último con una nomina totalmente mixta contando con que el único que habitualmente juega con la titular (Mateus Uribe) no podía viajar a Brasil por su reciente suspensión ante Barcelona de Ecuador.

Entrando en materia, durante la previa se habló mucho de lo que Pasto ha postrado durante lo que va de torneo; su solidez defensiva, capacidad de manejo del balón y velocidad en las transiciones. Pensando en eso, Reinaldo sacó a la cancha el Xl más similar, en la medida de lo posible, al que le podría jugar de tú a tú al férreo juego del visitante.

El clásico 4-2-3-1 de Nacional salió ayer con un valor diferenciador, los dos laterales del equipo eran naturalmente volantes ofensivos, que posteriormente le darían un sin fin de variantes posicionales al equipo, sobre todo gracias al excelso partido de Mateus Uribe.

Nacional nunca negó su etilo, ese que ya lleva casi dos años en el club, de siempre salir jugando. Y ayer, por mas mixta que fuese la nomina, tuvo momentos en que lo hizo y muy bien. Pasto es un equipo dificilísimo, máxime cuando juega de visitante, porque se abroquela y no te deja espacios para las combinaciones ofensivas. Te obliga a cargar el juego a las bandas y terminar por centralizar con juego aéreo.

Pero, como dije hace un rato, Nacional ayer contó con la presencia de un jugador que, sin exagerar, quizás sea el de mejor nivel en el FPC. Se trata de Matus Uribe, el box to box que el futbol moderno aclama tanto, la polivalencia echa futbolista y el amor propio a flor de piel. Esa fue la clave de Nacional ayer cuando intentaba sobrepasar líneas del Pasto y no podía, aprecia él y con dos facilidad ganaba la línea o rompía el bloque.

Todo el PT fue así, con Nacional atacando y subiendo líneas posicionales, Nieto, Mariano y Dájome fueron los más participativos junto a Uribe, mientras Pasto se metía atrás y esperaba a tener alguna posibilidad de marcar. El juego, en medio de su azar, premió al segundo estilo y el equipo visitante con la ventaja antes de finalizar la primera parte.

Para el ST la historia dio un vuelco interesantísimo, Pasto cometió el mayor error que puede cometer cualquier equipo que visite a Nacional y es el cuidar demasiado temprano el resultado y prácticamente renunciar a jugar ofensivamente. Eso a Nacional lo motiva, le enciende la llama del amor propio e instantáneamente busca la épica.

Además, los dirigidos por Reinaldo variaron sustancialmente el planteamiento. Mateus Uribe y Jhon Mosquera subieron a jugar prácticamente como carrileros y los dos extremos de dichas zonas, Dájome y Arley, se metieron a jugar a espaldas de los volantes defensivos de Pasto que estaban más preocupados en marcar a Mariano Vázquez. A partir de ahí Nacional comenzó a romper con todo en la zona defensiva rival.

Pasto nunca respondió ante las incursiones ofensivas de Nacional, solo se defendió y rechazó cualquier posibilidad de tener el balón. En Nacional se sumaron Juan Pablo Nieto y Roderick Miller a jugar más adelantados, iniciar el juego y distribuir. 

Y tanto fue el agua al cántaro hasta que en una de las incursiones de Mosquera en la banda izquierda encontraron como finalizador al debutante delantero paraguayo, Óscar Franco, quien igualo las cosas en el Atanasio justo en el mejor momento de Nacional, a veces con más corazón que fútbol, pero era claro que estaba superando a su rival.

Solo seis minutos después, con más hambre y siendo guiados por el estupendo estado de forma y gracia de Mateus Uribe, Nacional conseguía adelantarse por intermedio de el mismo jugador. Pasto quedo al borde del K.O, había jugado para proteger el marcador y ahora estaba abajo ante un equipo que nunca se rindió y muchísimo menos se negó a jugar arriesgando de más.

Finalizando el juego el elenco visitante intento ir por la igualdad, incluso estuvo cerca, pero el mismo azar que le había premiado en el PT sin ser superior ahora le negaba la posibilidad de arañar dos puntos al final.

Nacional ganó a puro corazón y sostuvo el liderato, con puntos altos como el de Miller, Nieto, Mateus, Mosquera y Dájome. A pesar de ser un equipo mixto, se demostró que en este equipo a pesar de la diferencia de calidad con el primero difícilmente va a faltar garra y huevos para reaccionar ante la adversidad, y eso si que es bien difícil de encontrar.