Resistido en un principio, con una parte la afición volcada en su contra comenzó su estadía Gonzalo Castellani en Nacional. Casi siempre que tocaba la pelota en el gramado del Atanasio, una lluvia de silbidos comenzaba caer desde las tribunas. Era claro que el ambiente no era muy favorable para el argentino. Sin embargo, con la confianza del técnico y la sumatoria de minutos, de a poco fue demostrándole al hincha que está para disputar un puesto en la titular de Nacional.

Con el partido iniciado en La Paz y la realidad de los 3.640 metros de altura sobre el nivel del mar, Nacional lucía confundido en todas sus líneas. Tal vez, la prueba más difícil de la fase de grupos para los pupilos de Almirón, especialmente para los tres argentinos, que suelen sufrirla tanto como cada jugador oriundo de dicho país, cuando visitan suelo boliviano.

Pese a esto, y para sorpresa de todos, fue Castellani quién desde el medio le dio mayor claridad al equipo cuando más confuso se veía. Hizo un gran desgaste para darle una mano a Campuzano y Aldo en la contención, recuperó varios balones importantes y fue el eje por donde pasaron casi todas las pelotas ofensivas en el ataque de Nacional. Fue el que mejor manejó los tiempos y controló las cargas para saber cuándo acelerar o disminuir el desgaste que hacía el equipo.

Aunque no fue un partido asombroso para los verdes, y con el resultado adverso, Nacional demostró que siendo fiel a su idea pudo someter a un rival que sobre el papel tenía una leve ventaja física. El conjunto ‘paisa’ lo igualó con buen trato de la pelota, sometiendo al rival con asociaciones que partían de los pies de Castellani y Campuzano principalmente.

Si bien, el equipo boliviano aprovechó las bandas para desgastarlas físicamente, y volcaron su ataque hacia el sector izquierdo, que cubría Palacios con perfil cambiado. Tras recurrentes insinuaciones y desatenciones tácticas específicas el local llegó y le hizo daño a Nacional con eficacia. A partir de ahí le entregó toda la iniciativa al visitante, que de la mano de Castellani, minuto tras minuto, logró meter al contrario en su terreno de juego.

Al final, Nacional pudo traerse un punto de Bolivia, de Lenis no haber fallado el penal. Sin embargo, dejó muy buenas sensaciones e incluso en dicho país un reconocimiento enorme por como hizo ver por momentos a Bolívar en su estadio, entendiendo las dificultades adicionales que ponen a prueba dicha ciudad. Por ello, el ´verdolaga’ en cabeza de Castellani no merecían volver a Colombia con las manos vacías, pero, este deporte no es de merecimientos. A levantar cabeza y pensar en el próximo rival, que mejor forma de reivindicarse, se viene un nuevo clásico antioqueño.