En el Estadio La Independencia de Tunja se jugó el partido entre ajedrezados y escarlatas, donde ambos equipos, a pesar de vivir realidades diferentes buscaban la victoria. El equipo comandado por Jhon Jairo Gómez con la ilusión de salvar al Boyacá Chicó del descenso, mientras que la escuadra de la Sultana del Valle con el objetivo de recuperarse de dos empates consecutivos e ingresar a los ocho mejores del FPC.

La victoria fue para el conjunto local que con goles de Jossymar Gómez y del mexicano Felipe Ponce se impusieron a los diablos rojos que lograron el empate a partir de los pies de Jefferson Cuero, en un partido que dejo varios detalles a analizar y compartir.

El partido de los golazos

Boyacá Chicó no fue un equipo que creará múltiples opciones a lo largo del partido como lo hizo el América de Cali, no obstante logró la victoria a partir de dos golazos, que seguramente estarán en los mejores goles de la fecha. El zapatazo de Jossymar Gómez y la vaselina de Felipe Ponce fueron suficientes para imponerse a un conjunto desordenado y pasivo, que no fue contundente como su rival.

Fallas en la definición

El resumen del partido mostrará que el conjunto americano generó-al menos- cuatro o cinco ocasiones para empatar y ganar el partido, pero el resultado terminó en contra y agrava la situación de los rojos que soñaban con meterse a los ocho primeros después de un arranque vertiginoso.

Fernando Aristeguieta, Cristian Dájome y Jefferson Cuero no estuvieron finos en la definición y desaprovecharon oportunidades importantes en el partido. Mención especial al venezolano que a pesar de ser la carta principal de la ofensiva del América y cumplir con el factor de pívot, no está en su mejor nivel frente al arco, fallando en repetidas ocasiones disparos que normalmente serian gol. Importante que el Pecoso Castro trabaje en recuperar la confianza del Vikingo, puesto que ha sido uno de los jugadores más importantes en el torneo de los diablos rojos.

Sin identidad de juego

A pesar de sumar puntos importantes y mejorar en aspectos específicos del equipo, Fernando Castro no ha podido imponer un estilo de juego destacable en los escarlatas. En el partido jugado en la Independencia ver a la escuadra americana era ver un monologo de juego, en donde los jugadores parecían no tener una idea clara de que hacer y terminaron optando por explotar la banda con la velocidad de Dájome, Cuero, Armero y Pérez para después centrar esperando un resultado favorable de la jugada una y otra vez.

Con el ingreso de Carlos Lizarazo en el segundo tiempo se esperaba-al menos-que el equipo propusiera algo diferente y se definiera un estilo que le permitiera remontar el marcador, no obstante, salvo el gol, no se evidenció nada de lo anterior y la ruta del empate siguió siendo llegar al final de la línea para poder centrar.

Mal Jhonatan Pérez

Otra labor que debe que trabajar el Pecoso y compañía, es recuperar al lateral Jhonatan Pérez, debido a que ha sido uno de los jugadores más regulares e importante del torneo, pero en los últimos dos partidos, sobre todo en el último contra el Boyacá Chicó, lució apático, torpe y con clara deficiencia en su fuerte que son los centros por el costado derecho.

Oscuro panorama

Dos puntos de nueve jugando contra equipos de la parte baja de la tabla. Empate contra Envigado y Huila y derrota contra Boyacá Chicó. En el papel, estos partidos eran fundamentales ganarlos para ingresar a los ochos mejores del FPC y sumar una cantidad importante de puntos para mantenerse en ello. Ahora bien, los escarlatas deberán buscar su clasificación enfrentando a Medellín, Deportivo Cali, Once Caldas, Rionegro Águilas, Equidad y Atlético Junior. La clasificación más compleja que nunca y se debe principalmente a los constantes errores y desaciertos del equipo americano.

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