Eran muchas las dudas durante la semana por la manera cómo el profesor Paulo Autori plantearía su estrategia para enfrentar el Clásico antioqueño número 300 debido a las considerables bajas, sea por lesión, expulsión y hasta convocatoria al Mundial Sub 20 sufridas por Atlético Nacional, además de la pobre presentación futbolística el pasado domingo frente a Rionegro Águilas. Sin embargo, el equipo mostró una cara positiva y se impuso por la mínima diferencia ante su eterno rival.

La principal incertidumbre que agobió desde el pasado lunes al entorno Atlético Nacional fue la ausencia de los defensores centrales Daniel Bocanegra y Alexis Henríquez por no estar físicamente aptos y de Brayan Rovira, Hernán Barcos y Nicolás Hernández (quién sí pudo actuar por la convocatoria de Carlos Cuesta al Mundial Sub-20) por diferentes sanciones. En cuestión de horas y un par de sesiones de entrenamiento, el técnico Autori tuvo que preparar un equipo mixto para enfrentar a un Independiente Medellín que venía escalando posiciones en las últimas fechas.

Autori  decidió darle el espaldarazo a José Fernando Cuadrado, quién tuvo un par de errores en la fecha anterior que significaron la derrota frente a Rionegro. Como laterales y sin ninguna novedad formó con Helibelton Palacios por la derecha y Déiver Machado por la izquierda, tal vez con la intención de darle movilidad y desborde al equipo por las bandas.

Tal vez el temor más grande fue la inclusión del defensor juvenil Cristian Moya para hacer la dupla de centrales con Nicolás Hernández. Ambos con 21 años tuvieron la misión de detener a Diego Herazo y al goleador Germán Cano, quien siempre se caracterizó por decir presente en los clásicos.

Otra novedad fue la aparición de Andrés Perea para hacer el popular “Doble 5” en la mitad de la cancha con el, por primera vez capitán, Sebastián Gómez. En el ataque no hubo mayor novedad y el técnico brasileño formó con Pablo Ceppelini (quién se ha alternado entre titular y suplente durante el semestre), Vladimir Hernández, Jeisson Lucumí y Yerson Candelo.

Una vez empezó el juego, Germán Cano aprovechó un descuido de la zaga “Verdolaga” (tal vez el único de partido) y estrelló el balón en el palo. Pasaron los minutos y Atlético Nacional hizo valer su localía y fiel a su estilo, nunca renunció a salir jugando desde atrás, con Nicolás Hernández conduciendo el balón y apoyándose en los laterales y medio campistas.

La banda derecha fue fundamental en las construcciones ofensivas de Nacional. Con un Helibelton Palacios enchufado en ataque, en conjunto con Yerson Candelo y apoyados por Ceppelini se tornaron en un dolor de cabeza para Sebastián Macias, quién poco o nada pudo hacer para evitar el desborde y desequilibrio que provocó el gol al minuto 19.

El punto más fuerte de Nacional, además de la entrega en la cancha (que se impuso en los momentos en los que no hubo fútbol), fue el medio campo. El joven Andrés Perea tuvo un gran partido en cuanto a recuperación a pesar de unas pocas malas entregas en la primera parte y Sebastián Gómez se tragó la cancha, se ganó la capitanía del equipo y fue la figura más destacada, demostrando una vez más que es el mejor refuerzo (repatriado) verde en lo que va del año.  

Independiente Medellín apostó por la tenencia de la pelota en varios momentos del partido, sin embargo las cosas no se le dieron en la mitad de la cancha y Andrés Ricaurte (Tal vez el creativo de mejor pie en el rentado) se vio anulado por Perea y Gómez y la posesión se volvió inocua y simple, al punto de perder varios balones en la mitad de la cancha. 

El técnico Calle quiso apostar por una mayor vocación ofensiva al ingresar a William Arboleda en el segundo tiempo y logró adelantar por momentos las líneas del equipo, sin embargo el buen rendimiento de la zaga nacionalista y la poca claridad colectiva del DIM solo dieron paso a un par de ocasiones en las que el arquero Cuadrado no se complicó.

Finalizando el encuentro Nacional apostó por esperar e identificar el momento para generar contragolpes, sin embargo no pudo concretar sus oportunidades y Vladimir Hernández y Juan Pablo Ramírez desperdiciaron un par de opciones.

Ambas hinchadas respondieron. Asistieron masivamente al estadio (aproximadamente 35.000 espectadores) y no hubo novedades de orden público. El folclore, los extintores, los cánticos y hasta la lluvia jugaron un factor importantísimo en el clásico 300.

Atlético Nacional espera enfrentar en la próxima fecha al América de Cali en lo que es considerado uno de los clásicos más importantes de la historia del rentado colombiano, mientras Independiente Medellín visitará a Alianza Petrolera.

Nota: Quién escribe estas letras manifiesta su total inconformidad con la forma como se administra la logística en la entrada al estadio cada vez que Atlético Nacional es local, gracias a esto es normal que gran parte de los asistentes de la tribuna oriental se pierda la mitad del primer tiempo.