El cuerpo técnico, que tuvo como vocero a Pompilio Páez, tanto en la rueda de prensa post Cúcuta como antes de viajar al departamento de Nariño, reconoció los errores, tanto tácticos como de distribución de cargas físicas al no rotar la nómina enfrentando partidos cada 3 días. Además, Páez aseguró que habrán modificaciones, tanto en los nombres que saldrán a la cancha como en las funciones de los jugadores.

Debido al desgaste de los últimos partidos, y con la idea de que los defensores y mediocampistas deban recorrer grandes distancias para controlar los ataques rivales, Nacional enfrenta este encuentro contra Deportivo Pasto con bajas sensibles en la zona posterior. Ni Bocanegra ni Henríquez podrán disputar el encuentro, ambos referentes y hombres de experiencia que le generan confianza a los más chicos.

Nacional también llega a esta jornada con dos amenazas latentes, Jarlan Barrera y Daniel Muñoz tienen cuatro amarillas, y sí son amonestados durante el encuentro se perderían el partido contra Deportes Tolima en el Atanasio Girardot. Ambos jugadores son vitales para la propuesta que quiere implementar Osorio, el primero es el eje en ataque del equipo, mientras que el segundo es el motor de la escuadra verde, fundamental tanto en ataque como en defensa.

Los aficionados que tanto disfrutaron viendo a Nacional contra Independiente Medellín, y posteriormente sufrieron viéndolo contra Tolima y Cúcuta, hoy piden más equilibrio en su modelo de juego. Aunque la avalancha ofensiva intimida al rival y gusta al espectador, es un riesgo latente que cualquier equipo puede aprovechar. Por esto, Juan Carlos Osorio, junto con su representante en campo, Pompilio Paez, deben demostrar ante Pasto que su idea de juego es versátil y se puede acomodar a las necesidades de cada encuentro.