Tercera victoria consecutiva de los New Orleans Pelicans en su gira por la Conferencia Este, esta vez frente a los Chicago Bulls, quienes siguen deambulando en la clasificación con un récord de 7 victorias y 9 derrotas. Los Pelicans se presentaban en el United Center de Chicago con la consabida baja de su mejor hombre en la presente temporada, Anthony Davis, cuya lesión está pendiente de pruebas en el regreso a Lousiana. El equipo de Monty Williams contaba con la duda de quién sería el sustituto del sophomore en el quinteto, así como en la posición de alero, donde no ha habido un dueño fijo esta temporada. Sin embargo, la gran actuación de Al Farouq Aminu (14 puntos, 9 rebotes y 3 robos), sobre todo en el aspecto defensivo le postula como candidato a instalarse en el quinteto de manera perpetua. Además, el joven alero nigeriano cumplió con creces su función de capturar rebotes, una de las facetas en las que más destacaba Davis.

Los Chicago Bulls pretendían hacer valer su superioridad en la pintura ante dos hombres, Jason Smith y Ryan Anderson, que si bien por altura podrían disputar los balones ante el binomio Boozer-Joakim Noah, a priori no se caracterizan por su capacidad de rebote. Asimismo, los Bulls se enfrentaban al segundo equipo de la NBA que más anota al contraataque (después de Phoenix Suns), algo que los de Thibodeau tenían que frenar imponiendo un ritmo lento e intentando cometer el menor número de pérdidas posibles. A tenor del marcador a la conclusión tanto del tiempo reglamentario como de las dos prórrogas, no consiguieron sobreponerse en ninguna de estas dos premisas. En rebotes apenas superaron a los Pelicans en uno (55 a 54).

El partido arrancó con unos Pelicans que intentaban aprovechar al máximo sus puntos fuertes. Ryan Anderson masacraba el aro desde la línea de tres, mientras que Jrue Holiday, Tyreke Evans o Gordon reiteraban sus acercamientos en continuas penetraciones que muchas veces acababan fructificando. Los Bulls en un primer momento presentaban serias dificultades para anotar, algo que no es noticia. Hinrich asumía demasiadas dificultades pese a su nula eficiencia (0 de 9 en triples al final del partido). Pero apareció Luol Deng para liderar a su equipo, demostrando de nuevo su paso al frente tras la caída en desgracia de Rose, lo cual le ha llevado a incrementar notablemente sus estadísticas (de 15 a 25 puntos por partido). El primer cuarto finalizó con ventaja para los Pelicans (24 a 21) frente a unos Bulls irreconocibles en defensa, permitiendo canastas fáciles.

El segundo cuarto llegó de la mano de los dos grandes protagonistas de la noche para los Bulls, aparte de Deng. Dunleavy y Taj Gibson salieron a escena, jugando el mejor basket del año y fueron clave para revertir las sensaciones sobre el parqué, pues remontaron el partido ante unos pobres suplentes Pelicans. Dunleavy, en su mejor partido en anotación del año con 23 puntos, invitó a Ryan Anderson a un particular duelo de triples por momentos espectacular y que hizo recordar a los aficionados de Chicago por qué Thibodeau insitía tanto en la contratación del ex de Milwaukee. Por su parte, Gibson fue el primero en percatarse de su superioridad ante el frontcourt de NOLA, dejando en evidencia las dulces defensas de Smith y de Withey, éste con pocos y deficientes minutos. La primera parte concluyó 56-50 favorable a unos Bulls sobresalientes en ataque, como reflejaba su 59% en tiros de campo. Los Pelicans, con una precaria segunda unidad y una peor defensa de los titulares en los últimos compases, apenas podían enorgullecerse de su superioridad en el rebote (21 por 17 capturas de los Bulls).

El segundo tiempo comienza con un parcial de 12 a 2 para los titulares de los Pelicans, que además de correr al contraataque anotaban con asiduidad puntos en segundas oportunidades (14 tantos a 2 en esta faceta), lo cual explica a la perfección la buena labor de hombres como Aminu o Smith bajo aros. La pareja de pívots de los Pelicans mostraba su excelente tiro de media y larga distancia, que de sobra subsanaba las carencias de estos en la pintura. Sobre todo destacó la figura de Anderson, cosiendo a triples a los locales. Sin embargo, la entrada de Gibson y Dunleavy volvió a equilibrar el partido y a impedir que los Pelicans se marcharan en el marcador.

En el último cuarto los Pelicans acusaban más que nunca su dificultad para cerrar el rebote, y solo sobrevivían gracias a la actuación de Anderson o alguna acción esporádica de Evans o Holiday. A falta de 4 minutos para la conclusión del partido fue Eric Gordon quien asumió galones en los Pelicans, pese a estar completando un discreto encuentro hasta el momento. El menudo escolta anotó 11 puntos de manera consecutiva para poner por delante a los suyos. En frente, Deng y Noah contestaban cada acometida de Gordon y de los Pelicans, pero un fallo en el tiro libre de Dunleavy, que hubiera supuesto la casi segura victoria para los Bulls, ofreció a Holiday la posibilidad de empatar el encuentro con un tiro de dos que el ex de Philly no desaprovechó. Finalmente, luego de un lamentable ataque de Deng- Noah con un bloqueo directo del segundo, se llegó a la primera prórroga.

Tres prórrogas para dirimir el vencedor

El primer overtime apenas tuvo anotación, pues ambos equipos apenas encestaron seis puntos. Los Bulls se encomendaban a un Luol Deng con funciones de playmaker (la actuación de Hinrich merece atención por lo nefasta que fue) y a los rebotes de Gibson y Noah. En cambio, Gordon insistía una vez tras otra en jugársela sin siquiera doblar la pelota a compañeros en mejor posición. Pero anotó un triple milagroso a falta de unos diez segundos para forzar la segunda prórroga. Hinrich tuvo la posibilidad de ganar el encuentro con un triple que erró y que dejó en evidencia la pizarra de Thibodeau.

La segunda prórroga fue más animada. Tuvo como principal protagonista a Aminu, capaz de anotar siete puntos en este periodo, además de aportar garra y rebote para su equipo. Parecía que el partido se lo llevarían los Pelicans después de dos brillantes acciones de Anderson, pero una falta inexplicable en ataque de éste permitió a Dunleavy anotar el triple que suponía el empate a 119 y la tercera prórroga.

Los últimos cinco minutos evidenciaron el cansancio en ambos conjuntos. Smith y Amundson fueron expulsados tras sendas sextas faltas, aunque la presencia en pista de un quinteto pequeño no supieron aprovecharla los hombres altos de los Bulls, quienes focalizaban casi todo el ataque de su equipo en las prórrogas anteriores. Deng, que había cometido demasiados errores en los últimos periodos, obvia consecuencia de la acumulación de minutos (55 ayer), anotó una bandeja que llevaba el encuentro a un cuarto extra-time. Y cuando el partido parecía interminable y más de un aficionado en España veía que el amanecer aparecería de un instante a otro, Holiday anotó una precisa penetración a canasta, obra de la magnífica pizarra de Monty Williams, sorteando las malas defensas de Hinrich y Gibson para detener el marcador en el 131 a 128 final.

Con esta victoria los Pelicans siguen creciendo y demostrando que deben aspirar a los playoffs en el Oeste, pese a la baja de Anthony Davis. Por su parte, los Bulls pierden el primer encuentro en el United Center sin Derrick Rose, arrojando una doble lectura: siguen perdiendo contra un rival diezmado y quizá no demasiado problemático, pero dejan una buena imagen hombres como Deng, Gibson o Noah, capacitados para revertir la situación. Hinrich todavía tiene mucho por mejorar.

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Sobre el autor
Alejandro P. Manzano
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga, con experiencia en la Universidad Católica de Lima. NBA, fútbol, balonmano, tenis, natación... cualquier deporte tiene cabida en mi tiempo libre. @ALEX_PManzano