A todo madridista se le rompió algo por dentro el pasado verano cuando, aún saboreando el recién conseguido el 33º trofeo ACB, sobresalía la noticia de que uno de los pesos pesados del equipo, una parte de vital importancia en el proyecto ideado allá en 2010 por Pablo Laso, se marchaba por segunda vez rumbo a vivir el sueño americano. Sergio ha decidido que su etapa en el Madrid está terminada, al menos por el momento, y no es para echarle en cara su entrega y sacrificio por el escudo, ya que es partícipe de los logros históricos adquiridos en los últimos tiempos, pero si resulta chocante cuando, no hace más de un año, Sergio Llull rechazó un ofertón procedente de otro equipo NBA.

El “Chacho” desembarcó en España bajo el brazo de Pablo Laso en 2010, con la misión de que el Real Madrid levantase la cabeza, además de conseguir derrocar en España y en Europa el dominio que venía plasmando, con gran entereza, el Barça de Xavi Pascual. Incluso consiguió plantar cara de verdad a los todopoderosos equipos griegos y de Europa del este, conocidos por su gran capacidad física y competitiva. Ello se resume en la consecución de la tan ansiada Euroliga, derrotando en la fase final tanto a Fenerbahçe oomo a Olympiacos, un hito que cualquier aficionado blanco de los años 90 no podía siquiera recordar en sus retinas.

En su etapa en el Real Madrid, Sergio ha sido considerado, y lo es, uno de los mejores bases europeos.

Sergio Rodríguez junto a excompañeros del Real Madrid, tras ganar la Euroliga | Foto: basketinside.com
Sergio Rodríguez (dcha.) junto a excompañeros del Real Madrid, tras ganar la Euroliga | Foto: basketinside.com

Anteriormente, Sergio Rodríguez fue recalando en varios equipos NBA, como Portland Blazers, Sacramento o, a mediados de la temporada de 2008/09, en New York Nicks. Durante este periodo, el Chacho no consiguió consolidarse en el esquema de ninguno de sus respectivos entrenadores, aunque sí que mantuvo rachas e indicios de lo que más tarde iba a demostrar que podía ofrecer en una cancha de baloncesto.

Este cambio de aires del Chacho bien puede obedecer a la más profunda preocupación de uno mismo por alcanzar la excelencia personal. Una vez logrados con éxito y solvencia todos los títulos a los que pudiera optar en Europa, se antoja lógico que el jugador opte por intentar calcar el mismo camino victorioso esta vez en la mejor liga de baloncesto del mundo.  Evidentemente no ha fichado por unos Warriors, ni Cleveland, y muy posiblemente los Sixers de Phipadelphia no entren ni en las quinielas por clasificarse para los play-offs, pero es suficiente con saber que vas a sentirte partícipe de esa atmósfera envidiada en cualquier parte del universo, cada vez que comienza un partido o se encuentra la disputa de un título oficial. No tendrá todas las cartas consigo, pero evidentemente tiene alguna más que si se hubiera quedado en el Real Madrid.

A estas alturas de temporada, ya hemos podido degustar algunos ramalazos de genio y figura que el Chacho nos venía acostumbrarnos a ver en él. Actuaciones soberbias, más propias de un malabarista con el balón que de un jugador tipo de baloncesto, han repercutido que, pese al regular, tirando a negativo arranque de temporada de los 76ers, Sergio haya conseguido meterse en el bolsillo las alabanzas de su manager, optando así a una plaza casi fija en el quinteto inicial cada madrugada. Rondando los doce puntos de media por partido, mostrando su carácter hacia el rival, está claro que Sergio no ha llegado a EEUU sólo para pasearse por Central Park las apacibles tardes de domingo. Que también.

Foto: thesixersense.com
Foto: thesixersense.com

Es evidente que cuenta con rostros más jóvenes y dinámicos dentro de la propia franquicia, como es el caso del rookie Joel Embiid, que está maravillando al mundo en este arranque de temporada. Lo que es innegable, es la entrega, sacrificio y predisposición que muestra Sergio a la hora de guiar a su nuevo equipo hacia lo más alto posible, contando con la experiencia y sabiduría para cuajar la mejor temporadad de su vida. Quien sabe lo que va a deparar el futuro, pero el presente pasa por que Sergio pueda conseguir lo único que Europa no le puede ofrecer: disfrutar en primera persona de la NBA.