Acaba 2016 y con ello se pone fin a uno de los peores años en la historia reciente de los Miami Heat. Después de que Bosh fuera diagnosticado de nuevo con coágulos sanguíneos en plena temporada 2015-2016, se perdió lo que restaba de campaña. Pese a tratarse durante más de medio año y volver después de verano con las esparanzas de volver a jugar, el cuerpo médico de los Heat decidió que no debían tomar ningún riesgo, renegando a Bosh fuera del equipo. Po otra parte, durante el mismo verano, la renovación de Hassan Whiteside no les permitió ofrecerle un contrato suficientemente bueno a Dwyane Wade, que decidió marcharse del que había sido el equipo de sus amores. Así, se marchaba probablemente el jugador más importante de los Heat y ninguno de los miembros de aquel mágico Big Three formado por Wade, LeBron y Bosh eran ya miembros activos de la plantilla. Una era acababaen Miami.

Las peores noticias llegaron en el peor momento

Los Heat entraron en el año con las ilusiones renovadas. Tras acabar temporada 2014-2015, la primera sin LeBron James, con un mediocre balance de 37 victorias y 45 derrotas, la nueva campaña parecía mucho más prometedora. Empezaban el año con un balance de 18 victorias y 13 derrotas, lo cual les permitía soñar con volver a los playoffs y hacer algo grande en el Este. Empezaron el año regular, ganando tantos partidos como perdían y manteniéndose siempre por encima del 50% de victorias, hasta que llegaron al fin de semana del All Star con 29 victorias y 24 derrotas.

Tanto Wade como Bosh habían sido elegidos para participar en el partido de las estrellas, pero días antes del encuentro, se informó de que Chris sería baja. Teniendo en cuenta sus problemas de salud la temporada pasada, todo el mundo estuvo pendiente su salud. Sus peores pesadillas se hicieron realidad. Tal y como había pasado la temporada anterior, habían encontrado un coágulo sanguíneo en el cuerpo del jugador; esta vez en su pierna. El pésimo diagnóstico le obligó a perderse el resto de la temporada.

Justo a tiempo

Las malas noticias que rodeaban el estado de salud de Chris Bosh afectaron al equipo de manera clara. Tanto anímicamente debido a la preocupación surgida por la salud y carrera de su compañero, como por el hecho de perder a uno de los mejores jugadores del equipo. Pese a eso, los Heat supieron recomponerse y seguir luchando el resto de la campaña. Sorprendentemente, fueron capaces de acabar la temporada regular con un balance de 48 victorias y 34 derrotas que les valió para acabar en la tercera posición del Este.

Chris Bosh (1) y Dwyane Wade (3). | Fotografía: HEAT NATION
Chris Bosh (1) y Dwyane Wade (3). | Fotografía: HEAT NATION

Comenzaron la andadura en los playoffs frente a Charlotte Hornets, en una serie que llegó hasta los siete partidos pero en la que los Heat pudieron imponerse gracias a su constancia y poderío en la pintura. En segunda ronda se toparon con Toronto, el segundo clasificado de la conferencia y un rival mucho más duro. De nuevo, la serie fue peleada hasta el último instante, con los Heat aprovechando su poderío en la pintura tras la lesion de Valanciunas en el tercer partido. En esta ocasión la suerte no favoreció a los de Florida, que cayeron en segunda ronda. La lucha y el empeño de los Heat no fueron suficientes para derrotar al talento de los canadienses.

De una renovación moderada a una reconstrucción absoluta

Con la marcha de LeBron James, la hegemonía de Miami terminó en la NBA. Eso no quiere decir que pasasen a ser un mal equipo, ni mucho menos. Pese a perder al mejor jugador del mundo, los Heat continuaban teniendo un gran equipo con estrellas del calibre de Dwyane Wade y Chris Bosh. Tuvieron la suerte, también, de descubrir a un joven Whiteside que, desde el primer momento, demostró tener madera para jugar en la NBA. Tal fue el asombró que causó, que Riley no dudó ni un segundo que el futuro de Miami estaba alrededor de Whiteside y un nuevo y joven núcleo.

La marcha de los héroes

Mientras el pívot recibía un contrato a la altura de los mejores, Dwyane Wade seguía a la espera de que Pat Riley le ofreciese un contrato acorde con su estatus. Tras haber recortado su salario en años anteriores tanto para obtener a LeBron como para ayudar en la reconstrucción, Wade esperaba un contrato a la altura de su calidad e historia en la franquicia, pero no fue así. Esto no sentó bien al escolta y currió lo inimaginable. Flash se marchaba de Miami para recalar en Chicago, su ciudad natal. El equipo parecía tener claro su nuevo rumbo mientras esperaban tener nuevas noticias de la salud de Bosh. Y cuando parecía que Chris estaba más cerca de volver, las peores noticias llegaron. Tras haber sufrido su segundo coágulo y no haber mejorado su situación, el cuerpo médico de los Heat no creyó oportuno que siguiese jugando.

Hassan Whiteside y Dwyane Wade (3). | Fotografía: USA TODAY Sports
Hassan Whiteside (21) y Dwyane Wade (3). | Fotografía: USA TODAY Sports

Los de Florida se encontraban así sin Wade, el jugador más importante y que mejor representaba a la franquicia, y sin Chris Bosh, uno de los miembros del Big Three que los hizo doblemente campeones. Pese a la presencia de Whiteside, Dragić y los jóvenes talentos, Miami no ha podido empezar peor la temporada. Un balance actual de diez victorias y 21 derrotas les deja lejos de conseguir una plaza de playoffs, pero no lo suficiente como para esperar una gran elección en el próximo Draft. El proyecto de reconstrucción se quedó a medias, lo cual convierte la temporada actual en una temporada fantasma, una temporada perdida.

La hora de Whiteside

Tras todos los cambios que ha sufrido la plantilla, Hassan Whiteside se ha erigido como líder indiscutible del equipo. El jugador de 27 años se ha convertido en uno de los mejores pívots de la liga y, sin lugar a duda, en uno de los mejores defensores. Su capacidad de defender el aro ya no solo taponando sino intimidando a los rivales, es lo que hace que los jugadores deban pensárselo dos veces antes de entrar en la pintura de Miami. Es el cuarto jugador de la liga que más tapona, pero su sola presencia hace que los rivales tengan que modificar sus tiros drásticamente y que la mayoría acaben errando sin necesidad de haber sido taponados.

Su altura y físico, además, le permiten capturar rebotes con una facilidad pasmosa y le ha convertido en el líder de la NBA en esa categoría, promediando casi 15 por partido. También es el líder ofensivo del equipo, promediando 18 puntos con un gran 56,5% en tiros de campo. Pese a ser un jugador con un físico imponente, también dispone de unos movimientos en el poste ejemplares, que le sirven tanto para ir hacia el aro como para lanzar en suspensión. Sin duda alguna, los Heat descubrieron un diamante en bruto que se ha convertido en uno de los mejores pívots de la liga.

Nuevo comienzo

No cabe duda de que los nuevos Heat deben formarse alrededor de Whiteside, y todo el mundo es consciente de ello en Florida. Miami debe conseguir mantener en el equipo a Whiteside e intentar agrandar su grupo de jóvenes promesas, conformado actualmente por Justise Winslow, Josh Richardson y Tyler Johnson. Si son capaces de crecer alrededor de los talentos ya mencionados, Miami no debería tardar en volver a pelear por un puesto en playoffs.

Los Heat confían ciegamente en la capacidad de Pat Riley de reconstruir el equipo, al igual que confían en Spoelstra para llevar a cabo el papel de entrenador. Riley ya ha demostrado en diversas ocasiones no solo ser uno de los mejores entrenadores de la historia, si no uno de los mejores directores deportivos. A Coach Spo, por contra, le avalan los dos campeonatos seguidos que consiguió en cuatro apariciones consecutivas en las Finales. Vuelvan antes o después, está claro que una era ha terminado en Miami. Por ahora, el cielo parece nublado en South Beach. Pero tarde o temprano, los Heat volverán a brillar.