Sigue el momento dulce que tiene embaucado a los Sixers y a sus aficionados. Otra victoria anoche ante los Clippers por 121 a 110, supone la séptima victoria de los de la ciudad del amor fraternal en los últimos nueve partidos. Más meritoria aún es la victoria de anoche ante el conjunto californiano si tenemos en cuenta que Joel Embiid, la estrella de Phily, no disputó un solo minuto. El recién entrado 2017 está significando un idilio, que ya mucho dábamos por platónico, entre los Philadelphia Sixers y la victoria. En lo que va de año, han disputado 11 partidos, habiendo perdido solo tres de ellos.

Algo ha cambiado en Philadelphia. Los Sixers están a seis partidos de los Playoffs, algo que puede parecer mucho pero que no lo es tanto si tenemos en cuenta como empezaron la temporada.

Una enorme parte de culpa de este severo cambio lo tiene Joel Embiid. El pívot, que es candidato a ser el primer rookie en disputar un All Star desde Blake Griffin, se ha metido al equipo en el bolsillo. Desde navidades, el ex pívot de la Universidad de Kansas promedia 23 puntos, nueve rebotes y tres asistencias. Una leve contusión en la rodilla izquierda en la victoria de su equipo ante los Blazers fue la causa de que el camerunés no jugase ante los Clippers la pasada madrugada. Las notables actuaciones de Noel, Covington, Saric o Holmes fueron suficientes para doblegar a la franquicia ahora capitaneada por Blake Griffin.

Joel Embiid tampoco estará disponible hoy para disputar un bonito encuentro en Milwaukee. Los ciervos de Antetokounmpo y Parker, que ganaron a los Rockets hace dos noches, recibirán a los Sixers sin Embiid queriendo sumar su segunda victoria consecutiva.

Si el tratamiento marcha bien, y los médicos lo creen oportuno, Embiid ya estará disponible para recibir en la madrugada del viernes a James Harden y sus Rockets. Los Sixers quieren meter presión a los de arriba ganando más y más porque ahora más que nunca… Confían en el proceso.