La Biblia cuenta, que un hombre tenía dos hijos y uno de ellos le pidió la parte de su herencia y el padre accedió. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su herencia viviendo como un libertino. La historia bíblica continúa y el hijo se gasta todo el dinero de la herencia y decide volver a casa. Sin embargo, este espera que su padre le trate como un jornalero: "Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros". 

Aunque, cuando el joven vuelve a casa, la reacción de su padre es más que buena, y le dice: "traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Algo así fue la vuelta de Kevin Durant a la que un día fue su casa, pero con distintos matices. El '35' volvió a casa sin arrepentimiento y con una camiseta azul en la que ponía Golden State Warriors. Y la afición de los Thunder, muy alejada de la actitud del padre, si decidió hacer una fiesta, pero con una temática muy diferente a la que hubiese querido Kevin Durant.

La fiesta de la cupcake

Cómo en cualquier fiesta, no podían faltar los entrantes. La afición de los Thunder enfocó toda la comida hacia los cupcake. Sin embargo, hay que volver un poco al pasado para entender el significado de dicha comida. Perkins, ex jugador de los Oklahoma City Thunder, llamaba a la gente débil cupcake. El día que KD firmó con los Warriors, Russell Westbrook subió una foto de dicho postre a Instagram. Así pues, los de OKC decidieron enfocar la fiesta a su hijo pródigo con tan preciado postre.

Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog
Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog

Mascotas como forma de cupcake, pancartas de Kevin Durant comiéndose una, otra en la que le llamaba soft. Todo estaba preparado para que Kevin no pasase un día normal en la ciudad que le vio crecer baloncestisticamente hablando. Hubo hasta camisetas. Las más vendidas fueron unas en las que aprovechaban las siglas de KD, para poner la palabra "KowarD". Incluso, Stephen Curry y Draymond Green, se fueron con una camiseta del pabellón. 

En cuanto a los pitos y a los abucheos fueron los esperados. A Kevin, según reconoció en rueda de prensa, fueron pocos y no sonaron tan altos. Cierto es que bajaron el tono en el segundo y tercer cuarto, pero volvieron por momentos según las acciones del partido. Si Russell Westbrook se quedaba emparejado con Durant, todo el pabellón se ponía en pie y se disponía a animar al '0' de los Thunder.

Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog
Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog

También curiosa fue la imagen de su madre de pie mientras todo el estadio abucheaba a su hijo cuando lanzaba tiros libres. Con Russell Westbrook y sus compañeros tampoco tuvo una acogedora bienvenida. Según fuentes americanas, Kevin Durant había pensado alquilar una casa para invitar a sus ex compañeros a una barbacoa, pero esta semana le fue denegada. Durant afirmó que no tenía problemas con Russ y que su relación seguía siendo buena. Sin embargo, tras pedir un tiempo muerto se les pudo ver discutiendo a gritos.

Lo meramente deportivo

En lo que a baloncesto se refiere, los Warriors dieron un baño a los Thunder. El equipo local, en volandas por el ambiente que había, aguantó el primer tirón de los Thunder. Sin embargo, el rodillo Warrior fue imparable en el resto del partido. De poco sirvió el partidazo de Westbrook con 47 puntos, un cincuenta por ciento en tiros de campo, once rebotes y ocho asistencias. Los Warriors fueron mejores, Kevin Durant fue mejor.

Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog
Kevin Durant en su vuelta a casa | Foto: OKC Blog

Pese a que empezó nervioso e incluso se tiro un air-ball, Kevin Durant fue el mejor del partido. El alero de los Warriors volvió a demostrar que su rival favorito son los Thunder e hizo una exhibición. Las estadísticas de Kevin Durant frente a Oklahoma son de 37 puntos (113 en total), 9.3 rebotes, 65.5% en tiros de campo (40/61) y 62.5% en triples (15/24). Entre magdalenas con enanismo, pancartas, abucheos y camisetas en el váter se marchó KD de la que un día fue su casa. Oklahoma no olvida y no perdona al que un día fue su ídolo. El hijo pródigo se ha convertido en un mero jornalero para ellos.

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Sobre el autor
Jaime Egüen Hernández
Pertenezco a la versión beta de la Generación del 98. Coordinador General de NBA VAVEL y redactor del Real Madrid de Baloncesto. Antes MotoGP y F1.