Joel Embiid es la personificación de la revolución de Philadelphia. Fue olvidado a causa de una lesión que postergó su debut casi eternamente. Al mismo tiempo, los 76ers se hundían en un mar de derrotas y olvidaban aquellos años de gloria. 

Esta temporada los reunió. Si el pívot de Kansas no funcionaba, el traspaso sería inminente. Pero el talento de Embiid hizo resurgir al equipo. Ni la limitación de minutos impuesta sobre su tiempo en cancha lo detuvo. Como los pareceres pueden y suelen voltearse repentinamente, no es descabellado que quien se hace llamar "The Process" sea el líder actual de la franquicia, algo de lo que se empieza a aprovechar para conseguir lo que quiere.

Jahlil Okafor y Nerlens Noel son dos jóvenes de un talento innegable, y Embiid lo sabe. Eso lo llevó a confrontar públicamente el deseo de los directivos de traspasar a uno de ellos."Tenemos mucho talento en la plantilla. Si queremos llegar a algo, debemos usar todo ese talento, porque lo necesitamos", le confesó al Philadelphia Inquirer. 

Okafor estaba en los planes de New Orleans Pelicans y de Chicago Bulls. Pero también en los de Embiid, y eso puede frenar todo tipo de negociación. En la cabeza de la dirigencia no había lugar para los tres en el equipo. El dramatismo no sería tal si los 76ers no contaran además con Dario Saric, candidato a ser el Rookie del Año, y principalmente con Ben Simmons, aquel que ilusionó a toda la ciudad al ser elegido en el primer lugar del Draft de 2016 y que su lesión aún no lo ha dejado mostrar sus habilidades en cancha. El cierre del mercado es el 23 de febrero. La pelota ahora pica del lado del entrenador Brett Brown y del presidente Bryan Colangelo, con el reloj como enemigo principal.