Es interesante ver y darse cuenta de cómo la carrera de un deportista de élite, por bueno que sea en su trabajo, siempre está colgando de un fino hilo de suerte. Pocas veces además se presenta un ejemplo tan claro como el que ha vivido José Calderón en las últimas horas.

El base extremeño ha estado más cerca que nunca de poder optar a jugar en un equipo con una candidatura consolidada a alzarse con el Anillo de campeón. Los Golden State Warriors parecían decididos a acoger en sus filas al ya ex jugador de Los Angeles Lakers; con el cual existía hasta un principio de acuerdo oral. Todo parecía atado por ambas partes, pero el día que se esperaba que el contrato se firmase, Kevin Durant cayó lesionado en su partido ante los Wizards y su duración fuera de las canchas sigue siendo más bien indefinida.

Con sólo un alero adicional en su equipo, Andre Iguodala, y ante la oportunidad de incorporar a un viejo conocido de la casa como Matt Barnes, la franquicia de Oakland decidió cambiar la incorporación de Calderón por la del propio Barnes.

Todo tiene un lado bueno

Así, el deportista español volvía a quedarse sin equipo, aunque con dos buenas noticias en el bolsillo. La primera era que los Warriors firmarían el contrato que le habían prometido verbalmente, ya sea por decoro, moralidad o simplemente por preservar su imagen pública; y pese a no existir ninguna atadura legal que les obligue a hacerlo. La segunda buena nueva para Calderón es que podrá jugar Playoffs si un equipo reclama sus servicios de aquí al final de la temporada regular, ya que la rescisión de su contrato con los vigentes subcampeones se llevó a cabo antes del día 2 de marzo.

Pese a que su condición como jugador oficial de Golden State durara tan sólo 59 minutos, el guard tenía asegurado el contrato mínimo de veterano y percibirá cerca de 400.000 dólares provenientes de la bahía, correspondiente a su salario hasta final de temporada. A esa cifra hay que sumarle los casi ocho millones de dólares que cobrará por el total de la temporada de parte de los Lakers.

José Manuel Calderón tiene motivos para no estar contento, pero su situación es inmejorable dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que podrá  jugar la postemporada con el equipo que le reclame. Atlanta Hawks suena ahora como un más que posible destino.