La gloria eterna. Siempre tan escurridiza y difícil de atrapar. Hay muy pocos equipos, jugadores o entrenadores que han conseguido tocarla. Beber del dulce sabor de la victoria y sentarse en el trono con la copa. Símbolo de la realeza y el dominio. Símbolo de ser la máxima autoridad, de llevar el tempo del baloncesto europeo y de sembrar terror por donde pasas.

Con esta intención llega el Real Madrid de Baloncesto a Turquía. Tras imponer su ley durante la Regular Season más dura de toda la historia de la competición llega el momento decisivo, la Final Four. El lugar donde nacen las leyendas, el lugar en el que las estrellas deben dar un paso hacia delante y alzar a su equipo hacia la victoria. No se puede aspirar a un reto más grande que este en el viejo continente. Una hazaña más que complicada, pero no imposible. Sería de locos pensar que el Real Madrid no está preparado para ganar la Final Four, sobre el papel tienen un equipo superior al turco. Sin embargo, en el baloncesto y en cualquier deporte no se juega sobre el papel.

Los números del conjunto blanco hablan por sí solos. El Real Madrid disputará su quinta F4 en los últimos siete años. En la 'Era Laso' ya se consiguió una hace dos años y se alcanzó la Final de la Final Four en dos ocasiones más. Muchos podrían caer en la tentación de decir que perder en Estambul sería un fracaso. Incluso, un periodista preguntó a Laso sobre este tema y esta fue la contestación de Laso: "Según tú, hay tres equipos que fracasan, pues bueno, te lo compro, pero eso es tu opinión, sin embargo yo creo que hay cuatro equipos que tienen un éxito enorme: están presentes el campeón de Euroliga del año pasado y de la liga rusa, el campeón de la liga turca, el campeón de la liga griega  y el campeón de la liga española. Esos cuatro, durante toda la temporada se han mantenido arriba y llegan a mayo para jugarse la Euroliga".

El descarte de Laso

Llega el momento de elegir a los 12 jugadores con los que te jugarás a vida o muerte ser Campeón de Europa en 2017. Un auténtico drama para Pablo Laso. Es decir, el técnico blanco deberá sacrificar a dos jugadores (uno será Álex Suárez) y elegir quién le acompañará vestido con el clásico polo morado. Probablemente Pablo Laso aún esté dudoso ante semejante disyuntiva. Y bendito problema el de elegir entre unos jugadores que todos pueden aportar algo. Sería una locura pensar que uno de ellos fuese el capitán Felipe Reyes o Jonas Maciulis (que tantos partidos ha jugado de titular).

Andres Nocioni | Foto: RMB
Andres Nocioni | Foto: RMB

El Real Madrid no ha perdido una final con Nocioni en cancha

Jugadores como Othello Hunter o Dontaye Draper también sería una sorpresa verlos fuera de la convocatoria, pero todo puede pasar. Seguramente los que más papeletas tienen de quedarse fuera son Andrés Nocioni o Trey Thompkins. Dos jugadores que vienen de dos dinámicas muy distintas. Thompkins ha contado con minutos y bastante buenos durante esta Euroliga y ha jugado un papel importante en la rotación de Pablo Laso. Por otro lado está Andrés Nocioni, el hombre del MVP de la pasada Euroliga conquistada por el Real Madrid y un jugador con mucho carácter. Una cualidad difícil de encontrar y que seguramente Laso necesite en distintos momentos del encuentro. Deje a quien deje será una decisión difícil e injusta, pero las normas son las normas. Habrá que ver como termina este entuerto.

Bailar con la más fea

La verdad es que al Real Madrid le ha tocado bailar con la más fea en esta Final Four. Enfrentarte contra un equipo turco, en Turquía y para ganar la Turkish Airlines es un marrón ​muy grande. Pese a eso no hay motivos para las lamentaciones. En la Final Four quedan los cuatro mejores equipos y no existen los rivales fáciles. Tarde o temprano te acaba tocando enfrentarse con el mejor. El famoso factor cancha que tan bien le vino a los blancos jugará a favor de los turcos en esta ocasión. Un equipo que saldrá a morir en la cancha y que deberá lidiar con la presión de tener a su público delante.

Foto: Euroliga.com
Foto: Euroliga.com

La parte positiva para los turcos es que contarán un año más con la presencia de Zeljko Obradovic. Uno de los mejor entrenadores de toda la historia de la Euroliga (por no decir el mejor). Además, su equipo viene de quedarse sin tocar el trono en cuatro ocasiones consecutivas y seguro que el bueno de Zeljko no tolerará un error más. Ahora, los de Obradovic son un conjunto mucho más experimentado con dos fases finales a sus espaldas y que contará con el apoyo de un Sinan Erden abarrotado y deseoso de ver cómo por primera vez en la historia un conjunto turco se alza con el título de campeón de Europa.

Pese a que cada eliminatoria es un mundo, se pueden entrever una serie de claves para que la balanza se incline de un lado o de otro. La más clara es el duelo táctico entre dos de los mejores entrenadores, Pablo Laso y Zeljko Obradovic. El que consiga meter a su equipo en la eliminatoria y llevar el partido a su terreno tendrá mucho territorio ganado. En el último duelo entre estos los de Laso se llevaron la victoria, pero el Fenerbahçe llevó el partido a su lado y consiguieron poner al Real Madrid justo donde querían. Un ritmo pesado y un partido a pocos puntos debe ser la tónica otomana si se quieren hacer con la victoria. Puesto que sería una auténtica locura enfrentarse al Real Madrid en un partido a martillazo ofensivo limpio.

Otro aspecto que puede marcar la diferencia es la guerra entre los backcourts de los dos equipos. Probablemente dos de los mejores contando el del CSKA de Moscú. Sergio Llull y Luka Doncic frente a Dixon y Bogdanovic. La encarnizada guerra por dominar la línea de tres puntos. Estrellas como Sergio Llull o el propio balcánico tendrán la llave que abre las puertas de esta eliminatoria. Aunque los partidos como estos no se ganan en la línea de tres puntos y jugadores como Anthony Randolph y Gustavo Ayón deberán ser los encargados de sacar la basura y aportar en la pintura. Una zona merengue que se verá las caras con Jan Vesely y Ekpe Udoh.

La madre de todas las batallas comenzará el viernes 19 de mayo. El Real Madrid de Pablo Laso o el Fenerbahçe de Zeljko Obradovic. Solo puede quedar uno. El camino hacia la décima comienza su tramo final.