Oklahoma City Thunder, OKC, o como lo han bautizado muchos después de este verano, OK3, son unas de las mejores plantillas de la NBA. 

Tras la temporada pasada, en la que los Thunder únicamente consiguieron llegar hasta la primera ronda de playoffs, a pesar de contar con el MVP de la temporada, Russell Westbrook, los directivos de la franquicia se marcaron el objetivo de darle a su flamante MVP un súper equipo con el que pudiera ser un candidato real a arrebatarle el trono de la NBA a los Golden State Warriors. El primero en llegar fue una super estrella de la liga, Paul George, que llegó desde Indiana a cambio de Oladipo y el roockie Domantas Sabonis. Junto a Rusell Westbrook podrían uno de los mejores backcourt de la liga. Pero la cosa no se iba a quedar ahí, Sam Presti, general manager de Oklahoma City Thunder, tenía una última bomba que reventaría el mercado de la NBA. Carmelo Anthony se sumaría a la franquicia del estado de Oklahoma proveniente de los Knicks. Con estas dos incorporaciones parecía que Russell Westbrook por fin contaba con dos escuderos, incluso primeras espadas, con los que poder hacer frente a los todopoderoso Warriors. Oklahoma soñaba de nuevo con una final de la NBA. Los Thunder volvían a tener un Big Three.

Pero nada más lejos de la realidad. Con la temporada ya más que arrancada Oklahoma no carbura. En casi un mes de competición, y tras 10 partidos jugados, los Thunder están con un record negativo (4-6), en la duodécima posición del oeste, a 1.5 partidos de las posiciones de playoffs. El equipo no está funcionando en casa, donde cosechan 2 victorias (Indiana y Knicks) y 2 derrotas (Wolves y Boston), mientras que la racha fuera de casa es aun peor: 4 derrotas (Utah, Wolves, Porland y Kings) y 2 victorias (Chicago y Milwaukee). 

Pocas ideas ofensivas

Billy Donovan, en su tercera temporada parece no dar con la clave que haga jugar a Oklahoma. Son pocos los sistemas ofensivos utilizados por el equipo a la hora de realizar los ataques estáticos. De hecho, los ataques de Oklahoma se basan principalmente en hacerle llegar el balón a uno de los miembros del Big Three  y que sean ellos los que, a partir de un aclarado, se la jueguen. Qué ocurre, que el ataque de Oklahoma se ha vuelto previsible para los rivales. Además, es un equipo que abusa del triple (32.4 triples por partido) a pesar de no estar muy acertados (34% tiros de 3). A pesar de contar con buenos tiradores exteriores como pueden ser Carmelo, George, Abrines, Felton y Westbrook los malos porcentajes se deben al excaso movimiento de balón en ataque, lo que provoca que no se generen tiros liberados que provocarían un ascenso en los porcentajes de tiro. Por último, los datos dicen que cuando Oklahoma supera las 24 asistencias en un partido gana el encuentro (ha ocurrido en las 4 victorias del equipo de Billy Donovan), mientras que cuando no llegan a esta cifra el record del equipo esta temporada es de 0-6.

Poca aportación de secundarios y banquillo

Los jugadores secundarios del equipo tampoco están aportando lo que se esperaba de ellos en este comienzo de temporada. Tan solo Steve Adam con 12.2 puntos por partido en estos 10 primeros encuentros ayuda al Big Three en ataque, que promedia 60 puntos por partido. El otro titular, Roberson, al tratarse de un especialista defensivo no ayuda mucho al equipo en la faceta anotadora, aportando únicamente 5.2 puntos por partido. Pero el principal problema de Oklahoma se encuentra en el banquillo, ya que solamente suman 23 puntos a los generados por los tituares. Muy lejos de los banquillos de los grandes equipos de la liga como el de San Antonio (43 puntos), Warriors (35 puntos), Boston (33 puntos).

Paul George y Russell Westbrook. | Fotografía:
Paul George y Russell Westbrook. | Fotografía: Bleacher Report
 

 

Derrota en los finales ajustados

A diferencia de las victorias de Oklahoma, las cuales han sido todas por márgenes superiores a los 18 puntos, los partidos igualados se les escapan a los de Billy Donovan. Y es que las 6 derrotas sufridas por los Thunders se han decidido por márgenes inferiores a los 10 puntos. Este equipo no sabe jugar los finales igualados. Quizás, un factor a priori positivo, como es el tener en el quinteto a 3 jugadores totalmente capacitados para tomar las riendas del equipo, esté siendo contraproducente, ya que en las alturas en las que estamos de la temporada no parece claro quién es el jugador franquicia, el que se juegue las bolas calientes, el que decida partidos.

Mal en el salvaje Oeste

El equipo de Billy Donovan tiene un problema con los equipos de su conferencia. Cinco han sido los encuentros que han disputado frente a equipos de su misma conferencia y el resultado ha sido nefasto, 5 derrotas. Y lo más preocupante es que en estos 5 partidos no han jugado frente a candidatos al título, sino con equipos que a priori son inferiores a ellos. Tres de las derrotas han llegado frente a Utah, Sacramento y Portland, y los otros dos frente a Minnesota Timberwolves (una de ellas en casa). Es muy importante que la racha frente a los equipos de su misma conferencia cambie, ya que más de la mitad de los partidos de la temporada serán frente a estos (52 de los 82 partidos de la temporada).

Paciencia y trabajo

La clave para el desarrollo de un equipo que está en periodo de formación es la paciencia. La paciencia en la plantilla y en el entrenador. Pero no se pueden olvidar tampoco del trabajo. En el ataque, Billy Donovan ha de desarrollar sistemas ofensivos que generen tiros liberados para su Big Three y para sus jugadores de perímetro. Aunque tampoco debe descuidar la defensa, requisito fundamental para un equipo que quiere ser campeón de la NBA. 

A pesar del mal comienzo de temporada, los aficionados y seguidores de Oklahoma City no han de preocuparse demasiado, ya que aún queda mucha temporada para poder revertir la situación.  Aunque lo que sí es cierto es que el equipo ha de intentar la dinámica negativa en la que se ven envueltos lo antes posible. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.