Real Madrid y FC Barcelona se medían en la duodécima jornada de la Euroliga con situaciones muy parecidas. El Real Madrid se encontraba con un récord de cinco partidos ganados y seis perdidos, en la octava posición, empatado con el Brose Bamberg y el Baskonia; mientras que los visitantes tenían una victoria menos, es decir, cuatro victorias y siete derrotas, y se ubicaban en la undécima posición empatado con el Estrella Roja.

El Real Madrid llegaba al partido tras perder en Euroliga seis de los últimos siete encuentros. Las sensaciones del equipo de Pablo Laso en la competición continental continúan siendo bastante malas debido a este partido pero no hay nada mejor que ganar a tu eterno rival como para remontar el vuelo y revertir la situación.

El FC Barcelona Lassa llegaba en una situación similar. De los últimos 16 partidos lejos del Palau Blaugrana, tan solo ha conseguido ganar uno, y tanto Sito Alonso como los jugadores buscaron darle la vuelta a esta horrorosa situación, aunque sin éxito.

Fue la vigésimo séptima vez que tuvo lugar "El Clásico" en la competición continental, con un récord de 15-11 para el equipo entrenado por Sito Alonso.

Igualdad en la cancha

El partido comenzaba muy frío, los primeros puntos no llegaron al partido hasta que se llevaban más de tres minutos de juego. Los fallos caracterizaron un primer cuarto en el que los aciertos brillaron por su ausencia.

La nota positiva de este cuarto fue ver que Facundo Campazzo está recuperado de su lesión de tobillo y se encuentra en plena forma. Suyos fueron los 8 primeros puntos del conjunto de Pablo Laso y el que hizo que el resto de su equipo se metieran en el partido.

El Real Madrid apretó pero el Barcelona se mantuvo

Como en el primer cuarto, cada mitad del asalto fue para un equipo. El Real Madrid con los puntos de Carroll, y las asistencias y puntos de Doncic conseguía con un gran juego nueve puntos de ventaja obligando a Sito Alonso a pedir varios tiempos muertos.

Sin embargo, un gran trabajo de equipo del Barcelona les permitió ir arañando la ventaja al conjunto local y colocarse al descanso tan solo a dos puntos de ventaja. La entrada de Juan Carlos Navarro en pista dotó al conjunto blaugrana de un carácter totalmente distinto que les permitió plantar cara a su rival.

Dominio madridista

La concentración del equipo madridista se notó tras la salida de ambos equipos de los vestuarios. El Real Madrid inició el tercer periodo con un parcial de 8-0 que obligó, otra vez, a Sito Alonso a pedir tiempo muerto para reajustar la defensa y dar directrices más claras a sus jugadores.

El 3/3 a principio de cuarto en los lanzamientos de larga distancia ayudó a que esa ventaja no parase de crecer, y es que, los triples de Jeffery Taylor y Trey Thompkins hicieron mucho daño al conjunto blaugrana.

El único que tiraba del carro para el conjunto de Sito Alonso era Rakim Sanders, era el que mostraba más decisión y atrevimiento en sus penetraciones hacia canasta, pero sin conseguir hacer que sus compañeros entrasen en el partido.

Para redondear este gran cuarto, Luka Doncic anotó un triple para cerrar el cuarto desde su propio tiro libre.

Amago de remontada pero la victoria se quedó en Madrid

Los 16 puntos de ventaja con los que el Real Madrid llegaba al inicio del último período hicieron que los blancos no salieran con la misma intensidad que en el tercer cuarto, y eso hizo que el Barcelona se acercara en el marcador metiendo el miedo en el cuerpo al equipo de Pablo Laso.

Pierre Oriola fue el artífice de ese amago de remontada con 9 puntos en este cuarto y dos triples. Sin embargo, tras un tiempo muerto de Pablo Laso, el Real Madrid volvió a ponerse el mono de trabajo y estiró la ventaja en el marcador hasta el 87-75 final.