Una temporada llena de alegrías. El Delteco GBC consiguió el ascenso a la Liga ACB tras una temporada en la segunda competición nacional. Una travesía por la LEB Oro que apenas duró una campaña y que sirvió para que el equipo se reestructurase y para aprovechar y formar un equipo con el que intentar subir a la máxima categoría del baloncesto nacional apoyado en jugadores nacionales y algún que otro extranjero.

Campeonato en LEB Oro

El Delteco GBC, el RetaBET.es GBC por motivos de patrocinio en la temporada 2016/2017 consiguió por tercera vez el campeonato de la LEB Oro al quedar primero tras las 32 jornadas de esta competición. Con 23 partidos ganados y tan solo nueve perdidos consiguió la primera plaza por delante del Breogán y del San Pablo Burgos, el otro equipo que consiguió el ascenso.

Pese a que el inicio no fue el mejor, y estuvo marcado por las dudas, el equipo de Porfirio Fisac - que consiguió el primer ascenso del equipo vasco a la ACB en 2006 - se fue rehaciendo de ese comienzo dubitativo y consiguió terminar la temporada como una apisonadora, sin que ningún otro equipo de la competición le pudiera hacer frente, y consiguiendo el ascenso directo.

Un maravilloso empujón en la última docena de jornadas les permitió colocarse en una primera posición que mantuvieron hasta el final del campeonato. Terminando con 25 victorias y solo nueve derrotas, dejaron a Cafés Candelas Breogán y San Pablo Burgos empatados a las puertas del acceso directo.

Reorganizar las filas

Como suele ocurrir siempre que un equipo asciende, Gipuzkoa Basket debía revolucionar su plantilla si quería tener opciones de mantener la categoría en la Liga Endesa. Una revolución de la plantilla que tuvo no tardó en llegar, comenzando con el margen suficiente para trabajar.

Su primera misión fue la de asegurar la continuidad de los estandartes del equipo, aquellos hombres que les habían dado el salto de calidad necesario para coronarse en la LEB Oro. No tardó el equipo en renovar a sus jugadores más importantes, anunciando tres de ellas en los dos primeros días de agosto.

El primero en plasmar su firma fue Xabi Oroz. Con la renovación del joven escolta vasco, por cuatro años, el equipo se aseguraba su calidad y talento en el futuro y continuaba creyendo en uno de los hombres más importantes de la campaña anterior.

Luego llegó el turno de Mike Carlson y Joan Pardina. El americano venía de ser la referencia más clara del equipo en la temporada del ascenso, con lo que su continuidad durante una temporada iba a ser muy importante. Por su parte, el alero catalán renovó por cuatro años tras ser otra de las jóvenes promesas del equipo.

Kenny Chery ha sido una incorporación muy valiosa para los vascos | Fotografía: M. González / ACB Photo / EFE
Kenny Chery ha sido una incorporación muy valiosa para los vascos | Fotografía: M. González / ACB Photo / EFE

También hubo tiempo, cómo no, para los fichajes. El equipo necesitaba dar un paso adelante para competir en primera división, y estaban dispuestos a darlo. Los primeros en llegar fueron Miquel Salvó, Henk Norel y Kenny Chery. El catalán llegaba para disputar cuatro temporadas en Gipuzkoa en clave de joven promesa. Mientras tanto, Norel aterrizaba con la intención de ser la estrella del equipo. En el caso de Chery, los vascos aprovechaban el descenso deportivo del Betis para hacerse con uno de sus jugadores.

Las alegrías fueron llegando para los aficionados del GBC de la mano de nombres como Gaizka Maiza y Jordan Swing. Sin embargo, no todo iban a ser alegrías. La lesión sufrida por Mike Chery en pretemporada podía dejarlo hasta seis meses fuera de las canchas, algo que ellos no podían permitirse. El club vasco optó, entonces, por rescindir su contrato y remar en otra dirección.

Tras su marcha, los guipuzcoanos lograron dos contrataciones muy importantes. Y es que la llegada de Daniel Clark y Danny Agbelese, que regresaba tras una temporada lejos de la que ya había sido su casa. Británico y americano llegaban con la esperanza de ser piezas clave en este ilusionante proyecto.

Defendiéndose a capa y espada

Llegar a la primera división nunca es sencillo. Sin embargo, Gipuzkoa Basket está realizando un papel más que respetable en esta primera temporada de vuelta a la máxima competición del baloncesto español.

Los primeros meses del proyecto han tenido sus altibajos, como siempre suele pasar, pero el equipo ha demostrado tener calidad suficiente para luchar y plantar cara a equipos mucho mayores.

Con un balance de cinco victorias y ocho derrotas, los vascos se sitúan en la decimotercera plaza. A una distancia preventiva del descenso, pero aún lejos de plazas de playoffs, el equipo se encuentra en una posición delicada.

Cierto es que han disputado menos del 40% de los partidos que tienen programados durante la liga regular y queda mucho por delante. A estas alturas, sin embargo, ya lamentan los vascos más de una derrota por la mínima que podría haberse decantado de su lado si las cosas hubieran sido algo diferentes.

Derrotas por dos puntos frente a UCAM Murcia y Baskonia, y por cuatro frente a Bilbao Basket y MoraBanc Andorra los dejan con un sabor de boca agridulce y la impresión de haber podido sacar más. Pese a eso, las sensaciones que está transmitiendo el equipo son buenas y su mirada está, por ahora, puesta en el horizonte.