El FC Barcelona llegaba al partido con la segunda plaza en juego, mientras Estudiantes se jugaba sus últimas opciones de entrar en la lucha por los playoffs. El encuentro parecía muy favorable para los locales no solo por su estado de forma, sino también por las estadísticas históricas. Y es que los madrileños llevaban ya nueve años sin ganar en el Palau Blaugrana, en lo que era ya mucho más que una mala racha.

Los colegiales comenzaron el partido con un gran parcial que les permitió marcharse en el marcador dese el inicio. El Barcelona tuvo que ir a remolque durante gran parte del encuentro, pero poco a poco comenzaron a entrar en calor, empatando y poniéndose por delante en el tercer cuarto.

En la fase final del partido, Estudiantes comenzó a sufrir para crear juego y no parecían encontrar la respuesta a la defensa blaugrana. La respuesta, sin embargo, tenía nombre y apellido. Sylven Landesberg se echó el equipo a la espalda cuando más lo necesitaban y decidió el partido para los colegiales.

El jugador estadounidense completó uno de los mejores partidos de su carrera. Con 48 puntos y más de un 68% de acierto en tiros de campo, con un 8/11 en triples incluido, la estrella del Estudiantes fue demasiado para el Barça, que acabó sucumbiendo a su poderío.

Landesberg lideró a su equipo a la primera victoria en el Palau Blaugrana en nueve años en una actuación para la historia. Y es que se quedó a solo dos puntos del récord histórico de anotación del Estudiantes, los 50 conseguidos por José Luis Sagi-Vela y David Russell.

Tormenta de triples

Los locales debían ganar tras la victoria del Baskonia, que los había relegado a la tercera plaza. Sin embargo, fue el Estudiantes quien puso toda la carne en el asador desde el inicio del partido.

Los madrileños comenzaron el partido con una marcha más que los blaugranas y demostraron ser un rival temible desde el primer instante. Su gran juego exterior les permitió realizar un gran parcial de 0-10 al inicio del partido y poner tierra de por medio con un Barça que iría siempre a remolque.

Poco a poco, la defensa del Barcelona comenzó a dar un paso adelante, lo cual ayudó a canalizar también el ataque. El juego del Barcelona mejoraba a cada segundo que pasada, pero cada vez que se acercaban en el marcador, Estudiantes volvía a separarse.

Probablemente, el nivel de juego de los locales debería haberles permitido acercarse más en el marcador, pero los visitantes exprimían sus mejores armas a la perfección. El acierto exterior de Estudiantes les permitió frenar cualquier intento de remontada local y mantener al Barça a raya.

El inicio fulgurante de Estudiantes marcó el partido. | Fotografía: Eduardo Ariño (VAVEL.com)
El inicio fulgurante de Estudiantes marcó el partido. | Fotografía: Eduardo Ariño (VAVEL.com)

Los blaugranas intentaron aprovechar los problemas de faltas de los madrileños, pero los cinco triples en 11 intentos que consiguió Estudiantes en el primer cuarto fueron demasiado para los locales. Pese a los intentos del Barça de remontar, su pobre acierto exterior (uno de cuatro en triples) les acabó lastrando y permitió que los visitantes terminaran el primer cuarto con diez puntos de ventaja (18-28).

El segundo periodo comenzó con un Barça más serio que intentó reaccionar desde el primer instante. Koponen comenzó a ganar protagonismo y terminó siendo toda una inyección de calidad más que necesaria. Su acierto exterior fue vital tanto para romper la mala dinámica como para obligar a Estudiantes a defender más en el exterior.

Con una gran jugada y un magnífico triple de Koponen tras pase de Heurtel, el Barça se colocaba a siete y el Palau rugía. No obstante, Alec Brown no tardaba en responder con tres puntos y silenciaba el estadio. Tocaba volver a empezar.

Fue entonces cuando llegó el momento de Pierre Oriola. El de Tàrrega volvió a ser una inyección de energía y, con dos grandes canastas, puso al Barça a siete y encendió de nuevo al Palau.

El acierto exterior de ambos equipos comenzaba a equilibrase y el Barça debía aprovecharlo. El nivel de juego local estaba siendo superior, y en cuanto los tiros empezaron a entrar, se empezaron a acercar en el marcador. Así fue como el Barça logró recortar distancias y marcharse seis por detrás al descanso (43-49).

La hora de las estrellas

El intento de remontada blaugrana continuó al inicio del segundo tiempo. Sin embargo, el Estudiantes continuaba anotando desde fuera y manteniendo a raya a los locales, que parecían estancados en la barrera de los cinco puntos de desventaja.

No fue hasta que Thomas Heurtel tomó los mandos que el Barça logró llevar realmente la batuta. Con un triple y una gran bandeja, el francés consiguió anotar cinco puntos que empataron el partido. Seguido de dos tiros libres, el base azulgrana le dio la primera ventaja del partido a su equipo, que parecía haber salido del pozo.

Sin embargo, el Estudiantes también va cargado de estrellas, y fue una de ellas quién iba a marcar el ritmo del partido. Con ocho puntos seguidos y un nivel de juego brutal, Landesberg se echó al equipo a la espalda y volvió a darle la vuelta al partido.

Cuando Estudiantes estaba pasando por su peor momento, el americano demostró de qué pasta está hecho y se hizo amo y señor del encuentro. Bajo su liderazgo, los madrileños lograron un parcial de 9-18 y volvieron a poner tierra de por medio, marchándose de siete en el marcador (66-73).

Las intentonas de Heurtel no fueron suficiente. | Fotografía: Eduardo Ariño (VAVEL.com)
Las intentonas de Heurtel no fueron suficiente. | Fotografía: Eduardo Ariño (VAVEL.com)

Landesberg había decidido cómo iba a ser el partido y se encargó personalmente de devolverle el control al Estudiantes. Con 18 puntos en el tercer cuarto (6/9 TC y 4/6 en triples), la estrella de los visitantes fue demasiado para el Barça, que no encontró una manera de pararlo. De esta forma, los madrileños recuperaban su ventaja y se marchaban al último cuarto con una ventaja de 68-75.

El Barcelona necesitaba reaccionar, y no pensaban tardar en hacerlo. Los de Pesic saltaron al parqué como una exhalación al inicio del último cuarto y arrasaron con todo lo que tenían delante.

Oriola y Ribas echaron la puerta abajo y entraron al parqué con su particular energía, contagiando a sus compañeros al instante. El de Tàrrega volvió a ser clave y lideró a los blaugranas en un parcial de 7-0 para empatar el partido. Pero eso era solo el principio.

El Barcelona estaba en el mejor momento del partido, y debían aprovecharlo. Los locales siguieron atacando y atacando, martilleando la defensa colegial y lograron un parcial de 14-0 que embrujó al Palau y puso al Barça siete por delante.

Más allá de los ocho puntos de Oriola al inicio del cuarto, uno de los puntos álgidos fue el que protagonizó Adrien Moerman. Tras un gran robo en defensa, el francés terminó con una gran canasta bajo el aro de los visitantes, que no pudieron pararlo pese a cometer falta.

El Estudiantes pasaba por su peor momento y no podían permitir que el partido siguiese ese rumbo. El reloj pasaba, la distancia era cada vez mayor y no parecían tener respuesta alguna. La respuesta pasaba, sin embargo, por Landesberg y Savané, que lograron siete rápidos puntos pare empatar el partido a 84.

A partir de ahí, el partido se convirtió en un toma y daca constante en el que Estudiantes parecía golpear siempre más fuerte. El Barça lo intentaba, pero Landesberg siempre parecía tener la respuesta. La estrella de los madrileños continuó dominando el partido en los instantes finales, consiguiendo ocho puntos en los tres últimos minutos y sellando la victoria de los suyos.

El Barcelona lo intentó todo, pero les fue imposible frenar a un Landesberg casi embrujado que decidió el partido como quiso. El americano terminó el partido con 48 puntos que sirvieron para sellar la victoria de un Estudiantes que salió victorioso del Palau (95-100).

Con esta victoria, los madrileños intentan acercarse al 50% de victorias (11-14) e intentan volver a engancharse en la lucha por los playoffs. Por su parte, los de Pesic pierden la segunda plaza en favor de un Baskonia en racha que llega a la parte más importante de la temporada en su mejor momento.