Si le mandarán a un director de cine que escribiera un guion para una película con temática de baloncesto, es muy probable que intentará agrupar todos los antecedentes, características y particularidades que ha tenido este partido que ha enfrentado al Real Madrid y al Panathinaikos.

Aun así, la realidad siempre supera a la ficción y lo vivido en este tercer partido de la serie de Euroliga roza lo indescriptible y no podría ser plasmado en una ficción. La acumulación de emociones ha sido tal, que se puede hablar, sin miedo a equivocarse, de uno de los partidos más bellos, emocionantes y vibrantes que se han vivido en los últimos años en el Palacio de los Deportes de Madrid.

Llull celebrando sus canastas. ! Foto: euroleague.net

Antes del partido, destacaba la presentación del Real Madrid, con una nueva iluminación y espectáculo visual para recibir con honores a Sergio Llull, que volvía tras ocho meses de lesión. Esperaría en el banquillo el balear para ver como sus compañeros empezaron muy concentrados el partido, con unas defensas muy físicas de Gustavo Ayón, Jeff Taylor y Luka Doncic.

La puesta en escena del Madrid ha sido la idónea, acompañado de los aficionados más entregados que se recuerda, pero el Panathinaikos no se deja intimidar tan fácilmente. Los griegos han conseguido igualar por momentos esa intensidad defensiva.

A mitad del primer cuarto, ha sido cuando ha entrado en pista Sergio Llull y la ovación de la grada ha sido de las que ponen los pelos de punta. Aunque no ha empezado muy fino, ha sabido ayudar y no ha desentonado demasiado con el ritmo de los otros nueve jugadores en pista.

Emocionante regreso de Llull

Finalizaba con empate a 17 el primer cuarto tras un triplazo de Rudy y comenzaba un segundo cuarto en el que los hombres de Pablo Laso dieron un paso adelante. Llegó un parcial de 9-3 y la contribución de nuevos jugadores, como un Anthony Randolph que dejó sus mejores sensaciones en esta serie, con aportaciones intangibles pero que son muy valoradas.

También ayudó Felipe Reyes, que recibió otra gran ovación por su inconmensurable partido en Atenas. Los suplentes del equipo de Xavi Pascual no entraron tan enchufados y se percibió ese ligero, pero determinante desequilibrio. Esa superioridad se vio recompensada con una de esas jugadas tan espectaculares, que se repetirán muchas veces durante los próximos días.

Luka Doncic nos ha dejado para la posteridad un mate impoluto dejando posterizado a su defensor. El júbilo se desató todavía más en el Palacio y las emociones no paraban. Se llegaba al descanso con 40-34 y con muchísimas emociones vividas y por vivir.

Calathes mantuvo a flote al Panathinaikos

En el tercer cuarto, el Real Madrid ha llegado a ponerse con 12 puntos de diferencia y parecía que podía romper el partido, pero han aparecido los grandes jugadores del equipo griego, entre los que ha destacado el de siempre, el de toda la serie. Nick Calathes entró mucho más en juego y empezó a castigar al Real Madrid. El base griego terminó el partido con 26 puntazos y casi todos sus puntos fueron en el tercer y último cuarto.

Fue en este último cuarto cuando el Panathinaikos certificó la remontada y a falta de seis minutos, el marcador reflejaba un 62-61. El balón empezaba a quemar pero fue aquí cuando apareció el genio de Mahón. Sergio Llull anotó su primera canasta con una bandeja forzada que fue celebrada como un título.

Nueva explosión de emociones. Esta fuerza que desprendió Llull con su canasta y su correspondiente rabia, fue clave para unos minutos finales en los que el Real Madrid no se amedrentó y jugó unos cinco últimos minutos muy buenos. La locura se desató cuando Sergio Llull anotó dos triples seguidos y ponía el 70-63.

Carroll cierra el partido por todo lo alto

De nuevo, parecía que el Madrid podía cerrar el partido pero volvió otro jugadorazo del Panathinaikos como es Mike James, que anotó dos triplazos y empató a 70. Volvía la tensión pero ahora aparecía el francotirador Jaycee Carroll que anotó una canasta pero sobre todo un imperial 3+1 que a falta de 50 segundos, ampliaba el marcador al 77-72.

En este momento, todo el mundo ya supo que el Madrid había cerrado la victoria y ponía el 2-1 en la serie. La fiesta en el WiZink Center ha sido increíble y es la mejor forma para afrontar el partido del viernes, en el que el Real Madrid, si gana, se clasificará para la Final Four de Belgrado.

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Sobre el autor
Nicolás García
De pequeño quería ser futbolista, ahora quiero ser una disonancia ludonarrativa. Tengo un canal de Youtube: BALONCESTO POR ACCIDENTE. Escribir se me da casi tan bien como dormir, y cuando duermo, sueño con conocer a Tim Duncan. Amigo al instante de todo aquel que no idolatre a Tarantino y que haya jugado (y amado) a The Last Of Us. Por último, estudiando Periodismo en la UC3M, aunque el buen periodista no se hace en las aulas, se hace en las calles.