El ambiente estaba caldeado en 'The Q'. El público, uno de los más feroces de la NBA, especialmente en éstos últimos años de LeBron James, rugía feroz. Desde los calentamientos y las presentaciones, cada acción de los Warriors era abucheada, y cualquiera de los Cavs, jaleada. Con este ambiente a favor, era fácil arrancar como un tiro. 

Los Cavs empezaron con calma, con LeBron generando juego para sus compañeros, para tratar de que se enciendan y contribuyan al partido. Un triple tempranero de Love y un par de canastas de JR Smith, encendían al equipo. Los Cavaliers salían enchufadísimos y los Warriors muy nerviosos. Un par de triples errados sin explicación, varias pérdidas tontas seguidas (una por dobles, por ejemplo) hacían a los Cavs más fuertes y que éstos se fueran 10 puntos arriba en momentos del primer cuarto. 

LeBron James es tan bueno anotando que muchas veces se olvida que solamente es una de sus facetas. El comienzo del partido de ayer fue más calmado de lo que acostumbra. Andando por la cancha, conteniendo sus esfuerzos para dosificarse al máximo, pasando el balón. Su lectura de juego y su capacidad de pase es estratosférica. repartió varias asistencias seguidas a sus compañeros, y organizaba el partido en la mayoría de las jugadas de su equipo.

Además, él era el único jugador de su equipo dosificándose. El resto de compañeros hacían gala de un derroche físico imponente. Varios rebotes en ataque de Tristan Thompson, defensas axfisiantes a los tiradores... Solamente resistía Durant. El alero anotó en la primera parte la mitad de los puntos de su equipo y estaba siendo muy importante también en los rebotes de su equipo. 

Sin embargo, tal despliegue físico no podía ser infinito. Los defensores de los Cavs preferían dejar sólo al pívot de turno (McGee, por ejemplo) y mantener una doble cobertura sobre el tirador. Funcionó, ya que ni Stephen Curry ni Klay Thompson tuvieron grandes noches, especialmente desde la línea de tres. Rodney Hood salió en este partido para suplir las aportaciones de Jordan Clarkson, y lo hizo francamente bien.

Aún así, con los Cavaliers haciéndolo todo bien, los Warriors se iban solamente seis abajo en el descanso. Y eso es muy peligroso, especialmente contra un equipo con la destreza individual de los chicos de Golden State. Siempre acaba apareciendo alguien que desequilibra la balanza. Anoche fue Kevin Durant. El alero estuvo intratable y volvió a su modo asesino (así lo llamó LeBron James posteriormente) para remontar el partido, y de paso, acabar con las pocas esperanzas que les quedaban a los Cavs.

El alero hizo de todo, desequilibró constantemente a la defensa de Cleveland que, con un LeBron agotado, careció de armas para pararle. Anotó 43 puntos, anotando además un triple en los últimos minutos de partido, calcado al que anotase el año pasado en las finales, que dejaba el partido visto para sentencia. 

Muy malas sensaciones para los Cavs, que aun teniendo la sensación de haberlo hecho todo bien, no fue suficiente para doblegar a los Warriors, que siempre tienen un as bajo la manga al que recurrir. Consiguieron anular en el tiro a Klay y Steph, aunque parte de ello tenga también que ver con simple y pura mala suerte. Green solamente aparecía para que le pitasen técnicas, y perdió muchos rebotes que normalmente suele asegurar.

La vuelta de Iguodala fue un respiro para los Warriors. Con él en cancha, la cobertura a LeBron está garantizada y, mientras él jugaba, daba la sensación de que James prefería buscar el pase a penetrar. Finalmente, acabó el partido con un más menos de 14 puntos. Un clásico de este jugador, que ha sabido entender perfectamente su rol a lo largo de los años. 

No está todo acabado. A pesar del 3-0, queda aún otro partido mínimo en Cleveland, y los Cavs volverán a salir con todo para no ser barridos en su cancha. Sin embargo, no todos los días va a tener Golden State una noche tan mala como la pasada, especialmente en sus tiradores, que están entre los mejores de la historia. Queda al menos un capítulo más de esta historia, que, aunque está siendo más competida de lo esperado, sigue el trascurso por el que la mayoría de expertos y aficionados apostaba.