¿Ocultos? Un poco. ¿Perdidos? Tal vez. ¿Muertos? Nunca. Las dos máximas revelaciones de esta edición del Tour de Francia nos dejaron una moraleja: la constancia y la disciplina son sinónimos del éxito. Condiciones tienen, piernas también, el talento les sobra y las ganas pudieron más que las presurosas críticas. Las buenas sensaciones, de las que se hablan tanto hoy en día en el deporte del pedal, fueron evidentes a lo largo de todas las etapas en estos dos corredores, siempre con una actitud guerrera, pero, sobre todo, muy inteligente. Cada uno tenía claro hasta dónde y qué podía dar en cada trayecto de la carretera. Y sí, lo lograron. Warren Barguil logró arroyar a sus oponentes en la clasificación de la montaña, conseguir dos victorias de etapa y estar entre los diez mejores de la carrera. Por su parte, Rigoberto Urán, sin vérsele ningún día malo, estuvo en el podio en París, por debajo de una leyenda del ciclismo y por encima del mejor ciclista francés en la actualidad.

“Rigo”: alma de niño, coraje de león y astucia de serpiente

“Este Tour de Francia está apenas para mí” le dijo Rigoberto Urán a su amigo y ciclista colombiano, Alex Cano, mientras rodaban por carreteras antioqueñas en Colombia unas semanas antes del inicio del Tour de Francia 2017. Parecía un sueño de aquel niño que creció en Urrao, Antioquia. Parecía un deseo más de cualquier ciclista que tenga la oportunidad de correr por la carrera más importante a nivel mundial del ciclismo. Todos sueñan con ganar, todos quieren pasar a la historia, sin embargo, solo uno se lleva la gloria. Quizás, dicha declaración pudo haber sonado para muchos un poco apresurada, imprudente y fuera de la realidad; pero el colombiano lo sabía, conocía sus sensaciones y su momento. No era un comentario más de los que está acostumbrado a hacer, producto de su gracia y humor; no, era una realidad.

Rigoberto Urán, segundo en el Tour 2017 |Fuente: ASO

Rigoberto Urán, ciclista de 30 años, no estaba en los pronósticos de nadie, se sabía que era un corredor que tuvo un momento esplendoroso, pero que desde hace dos años no había dado grandes resultados o victorias. Incluso, algunos decían que no volvería a su mejor nivel. Eso no fue nada para él, aplicó el famoso proverbio “a palabras necias, oídos sordos”. Se llenó de coraje y fuerza para seguir entrenando para lograr su tan anhelado botín. Fue llegar a Chámbery para que Urán empezara a crear ilusiones y expectativas en muchos, se mostró sólido y logró su primera victoria en una “Grande Boucle”, demostrando que lo que decía aquella vez en Colombia era cierto. Desde aquella etapa nueve hasta los Campos Elíseos, el ciclista del Cannondale-Drapac tuvo como meta una sola cuestión: ser astuto, inteligente e ir por el podio, nada más. Pues así fue; pudo soltar la risa y alzar los brazos encima del podio el 24 de julio en París, dejando una incógnita ¿estamos viendo a un nuevo “grande” del ciclismo mundial?

Barguil no defraudó a su país

El ciclismo francés ha atravesado una gran crisis los últimos años. Ya van más de 30 años que un corredor galo no gana la carrera más importante de su país y del mundo entero. La última vez fue en el año 1985 cuando el gran Bernard Hinault logró su quinto Tour de Francia, entrando en el olimpo de este deporte. Desde aquel día hasta hoy, los franceses han visto celebrar a todos menos a los de su país. Pero hay una gran esperanza en esta generación del ciclismo francés, estos corredores que rondan entre los 23 y 27 años como: Romain Bardet, Warren Barguil, Thibaut Pinot, Lilian Calmejane, entre otros. En esta ocasión dos no defraudaron: Bardet con su tercer lugar y una victoria de etapa; y Barguil con la camiseta de los puntos rojos y dos victorias de etapa.

Barguil coronando el Izoard |Fuente: ASO

Al parecer, las cosas no le iban bien a Barguil en años anteriores. Las piernas y sensaciones no eran las esperadas, no le alcanzaba para entra en la “elite” del ciclismo, sus máximos resultados habían sido dos victorias de etapa en La Vuelta 2013 y un tercer lugar en el Tour de Suiza 2016. Pero esta edición del Tour no iba a ser igual para Warren Barguil, sacó su talento y lo puso en marcha en las carreteras de Francia. Un perfecto escalador ha devuelto la esperanza a los galos, sus condiciones son inmensas. En la clasificación de la montaña no hubo quién pudiera acercársele, fue el rey de los Alpes y Pirineos.  El rey del Izoard y de Foix, donde consiguió hacerse con la victoria. Su corta edad es una ventaja para él. Francia ya ve en Barguil un ciclista para repetir la gesta de los Hinault, Anquetil o Fignon.

Mikel Landa, los “galones” de un líder siendo gregario

El español demostró que ya es un grande del ciclismo, no solo por su talento para la montaña, sino porque es un excelente profesional. A pesar de tener las mejores sensaciones, incluso por momentos ir mejor que su líder, Chris Froome, Mikel Landa no dejó de ser ayuda idónea para el británico. Después de ganar la camiseta de montaña en el Giro 2017, el alavés se mostró muy fuerte en este Tour, casi nadie esperaba el excelente rendimiento de este corredor. Tan solo le faltó un segundo para entrar en el podio de esta grande del calendario WT (World Tour).

Landa fugado junto con Alberto Contador|Fuente: ASO

Mikel Landa (Team Sky) evidenció su gran condición que acontece en este momento de su carrera, está listo para ser capo de escuadra en cualquier equipo donde lo pongan, es un excelente escalador y se defiende bien en la “crono”. Sin embargo, no es la primera vez que le ocurre esto al corredor español, en aquel Giro 2015, corriendo por el equipo Astana, Mikel Landa también fue detenido por su equipo para esperar y ayudar a su líder de ese entonces, Fabio Aru. No hay más que esperar, este corredor sí ha dado constantes y buenos resultados, los demás equipos deberían estar haciendo cuentas para ficharle.

Primoz Roglic dio la primera alegría a su país

A lo largo de la historia, Eslovenia no ha sido un gran productor de ciclistas profesionales. Sin embargo, actualmente, tiene destacados corredores en el pelotón internacional: Janez Brajkovic, Jan Polanc, Simon Spilak y, cómo no, al gran Primoz Roglic, entre otros.  Fue esta la oportunidad para que los eslovenos celebraran por primera vez en un Tour de Francia debido a la victoria que consiguió el muy completo Primoz Roglic, quien se mostró muy inquieto y ofensivo a lo largo de las etapas definitivas de la carrera, tanto así, que llegó en soledad y de primero a Serre-Chevalier, después de conquistar el mítico Galibier. El completo corredor esloveno se lanzó al “estrellato” en este Tour y confirmó sus condiciones tanto en la contrarreloj como en la montaña.

Roglic conquistando el Galibier|Fuente: ASO

Groenewegen, un nuevo velocista ha nacido

El holandés del LottoNL-Jumbo, Dylan Groenewegen, profesional desde el 2012, se hizo con la última jornada en las avenidas de la ciudad luz. Además, se metió y fue protagonista de la mayoría de llegadas masivas al sprint. Groenewegen tuvo mejor punta de velocidad que muchos otros favoritos como Degenkolb (Trek-Segafredo), Greipel (Lotto Soudal) o Bouhanni (Cofidis Solutions Credit). Al lado de Gaviria o Sagan, está creciendo un chico holandés que, sin hacer mucho ruido, ya ganó la etapa que todo sprinter en su vida quiere ganar.

Groenewegen, haciendo historia en Paris |Fuente: ASO

Calmejane, la promesa francesa

Fue en la Station des Rousses donde se consagró un corredor que ha su corta edad ya se le ve futuro en el ciclismo francés. Lilian Calmejane, con 24 años de edad y profesional desde el 2014, consiguió la primera victoria para una fuga en esta edición del Tour de Francia, quien ya había conseguido una etapa en La Vuelta 2016. Francia anhela ver triunfos y jerarquía en este corredor.

La agónica victoria de Calmejane |Fuente: ASO