Tras la gira asiática, donde Sauber obtuvo un paseo más por los circuitos debido al escaso rendimiento del C36, los de Hinwil buscan otro intento de puntuar y de seguir acercándose al resto de los mortales para demostrar que, aunque la era híbrida no les ha hecho sino estragos en su rendimiento, durante la época de los V8 fueron realmente consistentes.
Marcus Ericsson no pudo ver la bandera a cuadros en el Gran Premio de Japón, ya que el sueco se salió en la curva nueve, impactando contra las barreras, destrozando así el monoplaza. "Ir a Austin siempre es muy divertido. Es un gran circuito con unas características muy interesantes. En mi opinión, es uno de los mejores circuitos nuevos del calendario. La ciudad de Austin tiene mucho que ofrecer, lo cual hace que disfrutes más aún tu estadía allí. Tengo ganas de estar en el coche y sacar lo máximo del coche", comentaba acerca de sus expectativas para el próximo Gran Premio.
Pascal Wehrlein, por el contrario, sí pudo terminar la carrera pasada. Terminó 15º debido a los cinco abandonos producidos durante la carrera, cerrando así la parrilla el campeón de la DTM. Además, el alemán terminó a dos vueltas del líder y a una de Stoffel Vandoorne, quien acabó delante. "Tengo ganas de que lleguen las próximas carreras. En Estados Unidos corremos en un sitio muy cercano a Austin, que es una ciudad vibrante y con mucho carácter. La pista es desafiante pero al mismo tiempo divertida para conducir, especialmente dada la amplia variedad de curvas rápidas y lentas. Hay muchos eventos en torno a la pista, así que los aficionados también disfrutan mucho", expresaba el joven piloto sobre Austin.
El Gran Premio de Austin puede ser fructífero para Sauber, pues a pesar de que el primer sector cuente con curvas de alta velocidad con alta carga aerodinámica, siendo ésta parte la más débil de los suizos; las dos largas rectas del Circuito de las Américas son ideales para el motor Ferrari del C36.