Fortuna audaces iuvat, reza el proverbio latino. ‘La fortuna favorece a los valientes’. Este sábado el Arsenal saltó al césped del Emirates Stadium seguro y muy confiado. Los de Arsène Wenger, relegados a la décima posición tras un irregular arranque liguero, fueron superiores al West Bromwich en todos los aspectos: posesión, ocasiones y juego. Aun así, solo pudieron marcar de penalti y con polémica: el primero, un claro piscinazo de Cazorla y el segundo, precedido de una posible falta de Chamberlain.

El mayor problema del equipo de Wenger la presente temporada está siendo la falta de acierto de cara a portería. Hoy, desde el primer minuto se hizo con el control, pero como de costumbre, apenas obligó a intervenir al portero rival. Las estadísticas del Arsenal al final del choque fueron 19 disparos y solo tres a puerta (dos de ellos, los goles).

Un penalti inexistente

Mientras los ‘gunners’ se sentían cómodos con la posesión del cuero, el West Bromwich buscaba su oportunidad al contragolpe, lanzando pases largos para aprovechar la velocidad del irlandés Shane Long frente a la lentitud de Mertesacker. No obstante la defensa local no desentonó y tampoco concedió ocasiones al conjunto de Steve Clark.

Tras los intentos fallidos de Gervinho -muy activo durante los minutos que estuvo sobre el campo- y Santi Cazorla, llegó la polémica que cambió el transcurso del partido. El mediapunta asturiano se internó en el área, quebró al zaguero Steven Reid y se dejó caer. El árbitro Mike Jones interpretó que el jugador ‘Baggie’ había cometido infracción y señaló la pena máxima. Mikel Arteta no falló desde los once metros.

Wilshere, la estrella

Tras el gol, reapareció la mejor versión del Arsenal. El joven Jack Wilshere se convirtió en el emblema central alrededor del cual giraba todo el juego ‘gunner’: subía el esférico, nutría de balones a sus compañeros y oxigenaba la posesión. Todo esto, secundado por la calidad de los españoles Cazorla y Arteta, que impidieron que el West Brom crease apenas peligro. Aun así, a pesar de las muchas oportunidades de las que dispusieron, los pupilos de Wenger se retiraron al túnel de vestuarios ganando por la mínima.

El segundo tiempo fue un calco de la primera mitad. Incluso en el gol. Después de varias llegadas del Arsenal, mediante las internadas en banda de un incisivo Oxlade Chamberlain y un incansable Kieran Gibbs, los ‘gunners’ anotaron el segundo tanto del partido, también de penalti. Chamberlain recuperó el balón tras un forcejeo con un defensa rival, donde el árbitro pudo haber señalado falta, se adentró en el área y fue derribado por Brunt. El donostiarra Arteta tampoco perdonó esta vez.

Dos penaltis, dos goles, tres puntos

Lukas Podolski tuvo el tercero en sus botas, pero no estuvo nada acertado. Tampoco fue necesario. El Arsenal había sentenciado el encuentro con dos penaltis, ambos muy dudosos. Con todo, y a pesar de la falta de gol, los ‘gunners’ se reencontraron con su mejor versión, comandados por un gran Jack Wilshere que está recuperando su forma física después de pasar casi un año y medio lesionado.

El conjunto de Wenger volvió a la senda de la victoria en Premier cuatro jornadas después de su goleada ante el Tottenham (5-2) y se coloca sexto, a tan solo dos puntos de las posiciones de Champions League, su objetivo para final de temporada.