Todo aquel que se haya interesado o haya escuchado historias de fútbol clásico, fútbol de otra época, de otro tiempo, seguro que, sin quererlo, ha oído hablar del Mundial de México 70. Y es que, como tantos otros, el primer Mundial celebrado en el país tricolor dejó jugadores, momentos y anécdotas para la historia. Anécdotas que a día de hoy aún son recordadas por mucha gente, y que en definitiva, ayudan a comprender, no solo la historia de los Mundiales, sino la historia de este deporte.

Precedentes y novedades

Tras una última edición celebrada cuatro años antes en suelo inglés, la Copa del Mundo volvía, fiel a las costumbres, a territorio latinoamericano. El último torneo había servido para cortar de raíz la enorme superioridad de los brasileños, campeones de los dos últimos certámenes, y así proclamar, por primera vez en su historia, a la selección inglesa como vencedora. Esta nueva edición sería, además, la última de “O Rei” Pelé, que acompañado de un equipo de ensueño, volvía a su gran torneo dispuesto a proclamarse tricampeón del Mundo.

Esta nueva edición sería la última de “O Rei” Pelé, al que acompañaba un equipo de ensueño

En aquella época, el fútbol era un deporte aún en progresión, y en México 70 se incluyeron varias novedades que a día de hoy siguen vigentes. Supuso la primera edición de una Copa del Mundo en la que los equipos tuvieron la opción de realizar sustituciones en el devenir del partido, y también, la primera en la que aparecieron las tarjetas amarillas y rojas. Curiosamente, y a pesar de esta última novedad, el campeonato acabaría sin ningún expulsado, dejando atrás la mala imagen del Mundial de Inglaterra, con aquel Hack a Pelé, que acabó desquiciando al astro de la seleçao.

En cuestiones de organigrama, el Mundial por aquella época seguía una distribución, en su fase final, exactamente idéntica a la de la actual Eurocopa: cuatro grupos de cuatro equipos, de los cuales saldrían los ocho cuartofinalistas, destinados a jugarse el campeonato en tres eliminatorias a partido único. Para todos estos encuentros, México dispuso cinco sedes, situadas estratégicamente en cinco ciudades de la nación: Ciudad de México (Estadio Azteca), Guadalajara (Estadio Jalisco), León (Estadio León), Puebla (Estadio Cuauhtémoc) y Toluca (Estadio Luis Dosal).

Fase de grupos

Grupo A

El primer grupo de esta fase final de la Copa del Mundo era el que encuadraba a la selección anfitriona, México, junto a los combinados de la Unión Soviética, Bélgica y El Salvador. Precisamente la organizadora, fue la encargada de inaugurar el torneo frente al siempre potente combinado soviético, en un partido llamado a dilucidar quién sería la gran favorita a ser primera de grupo. El choque finalmente acabó en empate a cero, mientras que en el otro partido, Bélgica, consiguió su primera victoria en un Mundial tras vencer 3-0, sumando sus dos primeros puntos. En las otras dos rondas, tanto mexicanos como soviéticos harían sus deberes, ganando con comodidad los unos, anotando hasta ocho goles en dos partidos, y con algo más de apuro la tricolor, que selló su pase gracias a una victoria agónica por 1-0 ante Bélgica.

Grupo A
Equipos Pt PJ PG PE PP GF GC
Unión Soviética 5 3 2 1 0 6 1
México 5 3 2 1 0 5 0
Bélgica 2 3 1 0 2 4 5
El Salvador 0 3 0 0 3 0 9

Grupo B

El grupo B tenía como protagonistas a las siempre competitivas Italia y Uruguay, Suecia e Israel. A pesar de que en él se aunaban las que posteriormente serían dos semifinalistas, el B fue un grupo terriblemente competido, con opciones de clasificación para los cuatro equipos hasta la última jornada. En la primera ronda de partidos, Italia y Uruguay consiguieron vencer a Suecia e Israel respectivamente, haciéndose con el puesto de claras favoritas. La segunda jornada, abrió más si cabe el abanico de favoritismo de azzurros y charrúas, pues el empate entre suecos e israelitas dejaba las posiciones intactas.

Ya en la última jornada, tanto Uruguay como Italia únicamente se necesitaban un empate para clasificarse. Italia no falló, logrando su segundo empate a cero consecutivo, y clasificándose como primera de grupo con tan solo un gol a favor. Por su parte, los uruguayos se vieron incapaces de superar a Suecia, que se quedó a un solo tanto de clasificarse como segunda de grupo.

Grupo B
Equipos Pt PJ PG PE PP GF GC
Italia 4 3 1 2 0 1 0
Uruguay 3 3 1 1 1 2 1
Suecia 3 3 1 1 1 2 2
Israel 2 3 0 2 1 1 3

Grupo C

El grupo C estaba compuesto por dos de las grandes atracciones del torneo, Brasil e Inglaterra, que se enfrentaron en la segunda jornada después de haber vencido en la primera a Checoslovaquia y Rumanía respectivamente. En ese segundo partido, los actuales campeones pusieron las cosas bastante difíciles a los grandes aspirantes, gracias a una gran actuación del meta Gordon Banks. Sin embargo, Jairzinho, protagonista la primera jornada con dos goles, volvería a decidir el encuentro en favor de su selección, otorgándoles el liderato del grupo. Ya en la última jornada, ingleses y brasileños cumplieron venciendo sus dos partidos, pero eso sí, por la mínima ambos. Especial interés merece la actuación de Rumanía, ya que tanto Brasil como Inglaterra no fueron capaces de doblegarlos por más de un gol de ventaja.

Grupo C
Equipos Pt PJ PG PE PP GF GC
Brasil 6 3 3 0 0 8 3
Inglaterra 4 3 2 0 1 2 1
Rumanía 2 3 1 0 2 4 5
Checoslovaquia 0 3 0 0 3 2 7

Grupo D

El grupo D, en sus primeros días, tuvo como clara protagonista a la selección de Perú, ya que solo 48 horas antes de jugar su primer encuentro ante Bulgaria, un terremoto había dejado 100.000 muertos en el departamento peruano de Ánchash. La terrible noticia debió afectar al conjunto sudamericano, que comenzó perdiendo el encuentro por 2-0. Sin embargo, la bicolor, liderada por el nene Cubillas, logró sobreponerse a los golpes, remontando el encuentro, y llevándose la victoria final por 3-2. En su segundo partido, Bulgaria se enfrentó al poderoso combinado alemán, que llegaba de vencer a la debutante Marruecos. Alemania-Federal no dio lugar a sorpresas y venció por un claro 5-2, gracias a una formidable actuación del debutante Libuda, autor de un gol, una asistencia y la jugada que provocó el penalti del 3-2, y del torpedo Müller, autor de su primer hat-trick del campeonato, que no el último.

En la última jornada, Perú, que ya se encontraba clasificada tras vencer a Marruecos, no pudo con la todopoderosa mannschaft, ni con su mejor jugador. Gerd Müller firmó su segundo hat-trick de manera consecutiva, dilapidando el 3-1 final.

Grupo D
Equipos Pt PJ PG PE PP GF GC
Alemania Federal 6 3 3 0 0 10 4
Perú 4 3 2 0 1 7 5
Bulgaria 1 3 0 1 2 5 9
Marruecos 1 3 0 1 2 2 6

La heroica alemana sirve la reválida

Este Mundial supuso el preludio de la auténtica época dorada de la selección alemana, que por aquel entonces, ya se encontraba en el grupo de las grandes selecciones del Mundo. En el último Mundial, Alemania-Federal habían logrado plantarse en la gran final del torneo, en un partido que les mediría a los anfitriones. Germanos y británicos ofrecieron un auténtico espectáculo durante los noventa minutos, en los que el partido concluyó empatado a dos. Finalmente, en la disputa de la prórroga, el combinado inglés lograría llevarse el gato al agua, gracias a los dos tantos del delantero Geoff Hurst, autor de un hat-trick aquel día.

Cuatro años después, el caprichoso destino ofreció a la selección teutona una reválida

Cuatro años después, ya en el Mundial de México, el caprichoso destino ofreció a la selección teutona una reválida, enfrentándola con Inglaterra en los cuartos de final. Nuevamente, pero esta vez con el Estadio de León de fondo, ambas selecciones ofrecieron un maravillosos espectáculo. Aquella Alemania era una selección cambiada respecto a la de cuatro años atrás, pues a pesar de seguir contando con el inestimable liderato del sempiterno Uwe Seeler, los jóvenes Gerd Müller y Franz Beckenbauer habían crecido y madurado con respecto al último certamen, dotando al equipo de una determinación aun mayor.

En el partido que enfrentó a ambas selecciones, los ingleses partían con una ligera desventaja, pues su meta titular, Gordon Banks, no pudo ser de la partida. La temida baja, no aplacó para nada la moral de los pross, que en un arranque fulgurante se adelantaron 2-0 en el marcador. Sin embargo, Alemania había crecido en esos cuatro años, hecho que provocó la remontada. Beckenbauer, con un disparo lejano tras una de sus clásicas subidas hasta el balcón del área, y Uwe Seeler, gracias a un espectacular cabezazo de espaldas a la portería, llevaron el encuentro al tiempo extra, donde se erigió la figura del torpedo Müller, que finalmente llevaría a su selección a las semifinales del Mundial.

El maravilloso cabezazo de Seeler de espaldas, dejó una de las imágenes del Mundial.| Imagen:bild

El partido del siglo

Para las semifinales, Alemania se las vería con el combinado italiano, que había apabullado por 4-1 a México unos días antes en el diminuto Luis Dosal, con capacidad para unos 25,000 espectadores. En ese último partido, la selección anfitriona logró adelantarse en el marcador, con la correspondiente respuesta de Italia gracias a un gol en propia meta. En la segunda parte, el técnico azzurro dio entrada sobre el césped al gran Gianni Rivera, capitán de la selección por aquella época, y auténtico revulsivo en el partido. Con una magnífica asistencia a Riva, y un gol, Rivera regaló en bandeja de plata el pase a su selección, que accedía de esta forma a las semifinales.

El monumental Estadio Azteca, abarrotado por una centenar de miles de personas, fue el escenario de uno de los choques más memorables de la historia del fútbol, conocido hasta la fecha como el “Partido del Siglo”. Alemania e Italia se enfrentaron en un duelo en el que a los germanos le tocó volver a remontar un marcador desfavorable, después de que con apenas ocho minutos jugados, Boninsegna adelantara a la nazzionale. Los alemanes lo probaron de mil maneras, con Beckenbauer jugando con un cabestrillo en su hombro a causa de una dislocación, pero el gol no llegó hasta cumplidos los noventa minutos. Un balón colgado dentro del área fue aprovechado por Schnellinger, que metió su selección en su segunda prórroga consecutiva.

Hasta estos momentos el choque parecía desarrollarse por unos derroteros normales, no obstante, con el inicio de la prórroga, el partido enloqueció, convirtiéndose en un intercambio de golpes totalmente excitante. Müller adelantó a Alemania, tras un error de la defensa, y Burgnich, cuatro minutos después, y también gracias a un error defensivo, igualó para Italia. Las ocasiones no cesaban para uno y otro equipo, y de nuevo Italia, volvería a golpear. “Gigi” Riva se hizo con un balón en la frontal, y de la mano de un poderoso disparo, batió la portería alemana. Llegados los diez últimos minutos de la prórroga, el torpedo Müller, de nuevo, salvó a su equipo, anotando tras un saque de esquina. Ese gol de Müller sería su último tanto, pero no así el último del partido, ya que El Bambino de Oro Rivera sentenciaría para los suyos, dando la definitiva ventaja a los azzurros en un partido para la historia.

Una delantera irrepetible

Al margen de todas las selecciones de aquel Mundial se encontraba el conjunto brasileño. Rivelino, Tostao, Pelé, Gerson y Jairzinho completaban una delantera de ensueño, capaz de desmontar y desmantelar cualquier defensa rival. Su idea de juego era clara: atacar, atacar y atacar. Las incesantes subidas de Rivelino por banda izquierda, las grandes combinaciones entre Pelé, sumido ya en su última etapa como futbolista, y Jairzinho, que concluyó el Mundial siendo el único jugador capaz de anotar en todos y cada uno de los encuentros, conformaban un frente poderosísimo.

Rivelino, Tostao, Pelé, Gerson y Jairzinho completaban una delantera de ensueño

Tras acceder a cuartos de final con pleno de victorias, a la canarinha le tocó vérselas en cuartos con la peleona Perú, que con un resultado final de 4-2, le puso las cosas bastante difíciles a los brasileños. Sorteado este obstáculo, llegó el momento de las semifinales, llegó el momento de enfrentarse a su gran fantasma, a la mejor defensa del torneo, Uruguay. La albiceleste, que había derrotado a la Unión Soviética en los cuartos de final, se presentaba como un hueso duro de roer, incluso para la imponente selección brasileña. Muestra de ello es que, pasados los primeros minutos de la semifinal, Cubilla adelantó a Uruguay. A la verde-amarela le tocaba volver a reponerse, y Tostao, tras una gran pared con Clodoaldo, empataría el encuentro antes del final de la primera parte.

En su segunda parte, Brasil salió del túnel de vestuarios volcado sobre la meta uruguaya, pero el gol siguió sin llegar. Fue entonces cuando, como de costumbre, Jairzinho hizo su entrada en escena. Una rápida combinación al contragolpe concluyó con la bola en los pies del crack de Rio de Janeiro, que tras destrozar a su defensor en carrera, puso el 2-1 para su equipo. A pesar del segundo tanto Brasil lo siguió intentando, y Rivelino, a pocos minutos del final, puso su sello en el encuentro con el definitivo 3-1.

Brito, Carlos Alberto, Clodoaldo, Everaldo, Felix, Gerson, Jairzinho, Pelé, Piazza, Rivelino y Tostao.| elgráfico

Brasil hace historia sobre el verde del Azteca

Con esa victoria, Brasil avanzó hasta la tan ansiada final, lugar en el que les esperaba nada menos que el combinado italiano, último equipo con opción de arañar a la todopoderosa canarinha. Como no podía ser de otro modo, el abarrotado Azteca fue el escenario encargado de vivir el partido más importante del torneo, que coronaría a una generación irrepetible. Al contrario que en otros encuentros, los favoritos saltaron al partido enormemente concentrados, adelantándose a los pocos minutos gracias a un cabezazo de “O Rei”. Brasil estaba cumpliendo con los pronósticos, pero Italia, reforzada por la enorme victoria moral ante Alemania, supo rehacerse, aprovechándose de un nuevo error de la zaga verde-amarela en el torneo para empatar al filo del descanso.

Y en la reanudación, Brasil volvió una vez más a avasallar a su rival, despejando cualquier tipo de duda que pudiera haberse generado. Gerson, mediante un poderoso disparo lejano adelantó a los suyos, y Jairzinho, apenas seis minutos después, no faltó a su sétima cita con el gol (solo superado al final del torneo por Müller, autor de diez tantos). La seleçao lo había vuelto a hacer, habían vuelto a apabullar a su rival, que por si fuera poco, tuvo que observar como una terrible subida de Carlos Alberto por el carril derecho, se transformaba en el cuarto y definitivo gol.

El 4-1 final no dejaba lugar a dudas, y el fútbol se portaba honestamente con una generación de jugadores como jamás se había visto. Seis de seis encuentros ganados, con un promedio de más de tres goles por encuentro, eran números que hablaban por si solo de la superioridad del cuadro auriverde. Era el tercer Mundial en doce años para Brasil, pero también el tercer Mundial en doce años para Pelé, que con esta victoria, sellaba una trayectoria difícilmente igualable para cualquier jugador en la historia. Brasil lo había vuelto a hacer.