En la madrugada del primer día del mes de febrero se daba por finalizado el mercado invernal europeo, y por lo tanto, también el portugués. Con incorporaciones y marchas de cierto renombre, pero sin un verdadero bombazo en lo que respecta al panorama luso. Sin embargo, esa sorpresa, ese golpe de efecto, se iba a producir hoy, cuando el Sporting Clube de Portugal mediante un comunicado de prensa daba a conocer la marcha del peruano André Carrillo. Hasta ahí, todo normal.

Era obvia la salida del extremo sudamericano, dada su negativa a renovar el contrato que aún lo mantiene, y lo mantendrá ligado al Sporting CP hasta el 30 de junio de 2016, y la gran cantidad de rumores que rodeaban el futuro de Carrillo. Sevilla, Atlético de Madrid, Valencia o Porto fueron solo algunos de los posibles destinos del nacido en Lima. 

Imagen:elbocón.pe
Imagen:elbocón.pe

Pero, con cierto sabor a venganza por el caso de Jorge Jesus, nada más y nada menos que el Benfica, el rival ciudadano del Sporting entró en acción, convenciendo a Carrillo con una probablemente muy suculenta oferta económica para él. De manos cruzadas, Bruno de Carvalho y compañía no podían hacer nada por impedirlo. La decisión de marcharse del jugador, a coste cero y dejando absolutamente nada de beneficio para el club estaba tomada, por tanto era inevitable.


Así, André Martín Carrillo Díaz, nacido el 14 de junio de 1991 y forjado futbolísticamente en Alianza Lima, formará para siempre parte de la historia de la rivalidad entre Benfica y Sporting. Conocido de sobra por los aficionados al fútbol portugués por su velocidad y capacidad para el regate, además de por sus buenas cifras goleadoras desde que en la temporada 2011/12 llegara al Sporting, Carrillo reforzará al conjunto encarnado, formando una hipotética delantera junto a Jonas, Mitroglou y Gaitán, que sin duda alguna los hará máximos candidatos a todos los títulos la siguiente temporada.