Regresaba la UEFA Champions League a nuestras vidas, y lo hacía para que se disputaran los octavos de final de la mejor de las competiciones internacionales entre clubes. Tan solo un conjunto portugués había sobrevivido al naufragio general y se mantenía con opciones de coronarse. Se trata del Benfica, que se clasificó como segundo de un grupo formado además por Atlético de Madrid, Galatasaray y Astana. Por ello, los encarnados debían abrir la eliminatoria en casa, en el Estádio da Luz.

En frente, el Zenit ruso, viejo conocido de los benfiquistas. No solo por haberse enfrentado numerosas veces en los  últimos años, con un bagaje ligeramente favorecedor para los lusos, sino por poseer en su plantilla jugadores con pasado en las águilas lisboetas (Javi García, Axel WitselEzequiel Garay) además de otros con pasado en Portugal, como es el caso de Danny o Neto, e incluso Hulk y el encargado de dirigir desde fuera del terreno de juego André Villas-Boas, fueron rivales benfiquistas en su paso por el Porto. Complicada misión para los de Rui Vitória, sin lugar a dudas. Por ello, era crucial sacar un buen resultado de cara a la vuelta en la fría Rusia.

Primera mitad sin sobresaltos

Daba la orden el colegiado italiano Gianluca Rocchi y comenzaba a rodar el balón estrellado sobre el césped del Estádio da Luz. Muchas expectativas por lo que iba a acontecer en los próximos noventa minutos de juego entre Benfica y Zenit. Muchas incógnitas por resolver.

Foto: maisfutebol
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Era el conjunto de casa el encargado de dominar durante los primeros compases, sin embargo, de una manera para nada aplastante y sin poseer ocasiones de peligro. Tampoco gozaba de ellas el Zenit, que aguardaba para en cualquier descuido local salir rápidamente al contragolpe, con Hulk como principal arma para realizarla.

Hubo que esperar hasta el minuto 19 para que se produjera el primer disparo a puerta de la noche. Fue de Pizzi, y demasiado flojo para crear peligro al guardameta Lodygin, pese a la buena jugada previa de los encarnados, y la posición privilegiada en la cual recibió el mediapunta con pasado en Atlético de Madrid o Deportivo. Pasaban los minutos, y seguía sin producirse el golpe de efecto que rompiese el desenlace del partido.

En el minuto 29, una gran acción de Jonas Gonçalves finalizada en un remate fuerte del propio jugador benfiquista se marchó mínimamente fuera, significando la oportunidad más importante del encuentro hasta el momento.     

La primera ocasión para los rusos se iba a producir minutos después, cuando Hulk sembró el pánico con un libre directo en la frontal del área local. Finalmente, el remate del brasileño se fue raso y desviado, devolviendo la respiración a todo el Benfica. Justamente esa sería la última ocasión digna de reseña que se produciría antes del descanso.

Jonas, antes de que suene la campana

Tras la reanudación, la tónica volvió a ser la misma. Benfica dominaba, mas sin inquietar en demasía a Lodygin y compañía. Renato Sanches y Nicolás Gaitán probaban desde lejos, sin demasiada puntería para su desgracia.

Llegaría en el 69 una doble ocasión para el argentino Gaitán, que primero remató a bocajarro, para que Lodygin rechazara el tiro como pudo, y luego recogió nuevamente el esférico para intentarlo por última vez. Marchándose alto en esta ocasión su intento.

El Benfica era muy superior en esta altura de partido, y por el contrario que en el resto de encuentro, ahora sí llegaba con asiduidad al área rival. Sin embargo, los minutos se esfumaban, y parecía que la expulsión por doble amarilla de Domenico Criscito en el minuto 89 iba a ser lo más interesante que le pasaría al primer round del Benfica – Zenit.

Foto: maisfutebol
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Pero no. En el primer minuto del tiempo añadido, el killer Jonas Gonçalves saltó por encima de todos, aprovechándose de un bloqueo típico de otros deportes de Jardel, y con un fenomenal testarazo batió a Lodygin dando una ventaja corta pero valiosa al Benfica para su viaje a Rusia.